Foro Babel: Documento 0

F. de Carreras / F. Pérez Romera / M. Riera

El día 13 de diciembre de 1996, un grupo de ciudadanos de procedencia social, profesional e ideológica diversa se reunieron en Barcelona con objeto de tratar conjuntamente algunos aspectos de la realidad catalana en relación con la lengua y la cultura y, de un modo más amplio, con la democracia y los derechos de las personas. De esa reunión nació el Foro Babel, un ámbito de reflexión y debate en el cual, desde el respeto a la pluralidad y en el ejercicio de una total libertad, se pretende abordar los temas mencionados desde distintas posiciones.

De la constitución de este foro se hicieron eco los medios de comunicación, algunos de los cuales le atribuyeron unas finalidades que estaban notoriamente alejadas de la intención de los convocantes y de la realidad de lo que allí mayoritariamente se expresó. Ahora, con la distancia que permiten unas semanas de reflexión, creemos útil señalar los motivos de preocupación que dieron lugar a la convocatoria de diciembre, así como los objetivos más inmediatos que pretende alcanzar el Foro Babel.

La filosofía de fondo con la que queremos abordar todas estas cuestiones parte de una reflexión sobre el significado actual del concepto de democracia. Los acontecimientos del pasado condicionan, sin duda, a cualquier sociedad. Ahora bien, una sociedad no debe estar condicionada por estos acontecimientos pasados, sino que su futuro debe construirse a partir de las decisiones que libremente toman los ciudadanos que la forman. En una democracia, el ciudadano es el único sujeto de la vida política, y cualquier actuación que pretenda relegarlo a la categoría de objeto resulta contraria a los principios democráticos. Desde este punto de vista, ni la historia ni la lengua, ni la cultura, ni la etnia pueden ser transformadas en sujetos sociales que limiten la libertad de las personas y obliguen a los individuos -convertidos en objetos- a estar a su servicio. Por el contrario, son los ciudadanos, sujetos soberanos y libres, los que han de decidir cuál es la organización social, cultural y política que libremente desean.

Sentado este presupuesto, ante la actual situación de Cataluña nos preocupan tres órdenes de cuestiones. En primer lugar, que los sentimientos de identidad sean convertidos en ideologías políticas y que, basándose en ello, las señas de identidad de un determinado grupo de ciudadanos puedan ser consideradas las únicas legítimas y propias y, por el contrario, las de otros sectores sociales sean consideradas impropias o foráneas y, por tanto, ilegítimas. En segundo lugar, nos preocupa que la ideología nacionalista -que respetamos pero no compartimos pueda ser elevada a la categoría de ideología oficial de nuestras instituciones políticas y que la misma pueda llegar, incluso, a invadir sectores de la actividad ciudadana privada. En tercer lugar, nos preocupa que, en una sociedad a la que se reconoce como plural, los partidos que no se declaran explícitamente nacionalistas tengan también como eje central de su discurso político e ideológico la obsesión por la identidad, entendida como un cliché cultural uniforme, preestablecido, indiscutido y unidireccional.

Estas tres cuestiones, entre otras muchas, nos preocupan por dos razones principales. Primero porque, a nuestro modo de ver, son claros síntomas de que sectores de nuestra sociedad, y parte de sus dirigentes políticos, no han asimilado de forma correcta los postulados pluralistas y democráticos. En segundo lugar porque la persistencia de tales síntomas puede conducir -o está ya conduciendo- a la desconexión de muchos ciudadanos respecto de las instituciones publicas catalanas, a las cuales no reconoce como propias en razón de sentirse discriminado por ellas, lo cual, de generalizarse, comportaría un vaciamiento grave de la legitimidad democrática de nuestra autonomía.

Todas estas preocupaciones nos condujeron a tomar la iniciativa de crear un ámbito de discusión y debate en el cual otros ciudadanos, con inquietudes similares, pudieran aportar sus opiniones y así transmitirlas a la sociedad ya sus instituciones. En absoluto quiere constituirse el foro en defensor de la lengua castellana, falsa pretensión que, por desconocimiento de nuestras intenciones, se nos ha atribuido. El castellano goza, en España y en el mundo, de una excelente salud y considerar que peligra su subsistencia en Cataluña no es más que pura, ridícula e interesada demagogia. Menos aún pretende el foro potenciar o apoyar actividades dirigidas contra la lengua catalana. Todo lo contrario: las cuestiones lingüísticas -a nuestro modo de ver- han de ser enfocadas tanto desde el punto de vista de la integración social y cultural como desde el punto de vista de los derechos individuales, huyendo, en todos los casos, de postulados esencialistas y fundamentalistas que coarten o restrinjan la libertad de las personas. Por tanto, el Foro se sitúa claramente en defensa de los derechos lingüísticos de los ciudadanos, bien se ejerzan estos derechos en catalán o en castellano, y dará su apoyo a toda medida que contribuya a recuperar y robustecer la lengua catalana, debilitada no sólo por la persecución que sufrió durante la dictadura franquista, sino también por su condición de lengua minoritaria. En consecuencia, se equivocan aquellos que, de forma interesada, nos atribuyen actitudes de españolismo o de cualquier otro ismo.

En definitiva, desde estos presupuestos, los objetivos inmediatos del Foro son analizar nuestra actual situación lingüística y cultural desde el punto de vista de las libertades públicas y la democracia. Respecto al primer aspecto, queremos impulsar el debate sobre posibles vulneraciones de los derechos lingüísticos de los ciudadanos de Cataluña, tanto catalanohablantes como castellanohablantes, así como la denuncia de situaciones de discriminación por no tratar conforme al principio de igualdad la pluralidad cultural, lingüística e ideológica de nuestra sociedad. En cuanto al segundo aspecto, queremos también impulsar un debate sobre la situación de la cultura en Cataluña, en especial en lo referente a cuestiones que afectan a la influencia de la ideología nacionalista en la enseñanza, a la interpretación de la historia de Cataluña y de España en los libros de texto escolares. a las subvenciones públicas, a la industria cultural (edición, teatro, cine y música, especialmente), a la libertad ideológica en los medios de comunicación, a las llamadas culturas refugio ya tantos otros temas que no han sido suficientemente discutidos en Cataluña por estar considerados, durante estos últimos años, como un material altamente sensible y hablar de ello era visto corno políticamente incorrecto.

Esta dificultad de decir en voz alta cosas que se comentan apasionadamente en privado ha sido, en realidad, lo que nos ha impulsado a crear el Foro Babel. En este ámbito, los que fuimos promotores de la reunión del pasado 13 de diciembre vamos a seguir impulsando el diálogo, desde la pluralidad y el respeto a todas las opiniones, sobre las cuestiones citadas y muchas otras que puedan surgir, con el fin de contribuir a la salud democrática de nuestra sociedad.

El País, 28 de febrero de 1997

[Foro Babel en Viquipedia (Wikipedia en catalán)]

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