Punto final al compás de espera (y de prudencia) que se había marcado la hasta ahora eurodiputada socialista Rosa Díez para formalizar su pública implicación en el nuevo partido político alentado por el movimiento cívico «Basta Ya» y su consiguiente abandono de las filas del PSOE, después de casi treinta años de militancia en los que ha cuajado una trayectoria de primera línea.
Tras una etapa en la que la curtida Díez ha preferido guardar silencio y no dar indicios sobre sus intenciones inmediatas, su salida a la palestra como impulsora y probable cabeza de cartel de la nueva formación ya tiene fecha: será el próximo 7 de septiembre en una cena que se celebrará en San Sebastián y en la que también tomarán parte el filósofo Fernando Savater y el profesor de la UPV Carlos Martínez Gorriarán, dos de los principales ideólogos del proyecto.
Esta «puesta de largo» será el aperitivo de un gran acto de presentación que tendrá lugar en Madrid el 29 de septiembre, en el que ya se concretarán las propuestas programáticas de la nueva formación. Hasta ahora, ha trascendido su vocación de partido nacional defensor de un Estado fuerte que lime los excesos de los nacionalismos periféricos y las hipotecas clientelares y localistas que, en opinión de sus promotores, lastran tanto al Partido Socialista como al PP. Para ello, la que por ahora se denomina «Plataforma Pro» (aún no se ha hecho público su nombre definitivo como partido) defenderá una reforma de la Constitución que blinde las competencias estatales y cierre definitivamente el debate territorial. En esa línea, abogará por un cambio en la ley electoral que evite el excesivo peso que ahora tienen los grupos (y grupúsculos) nacionalistas en la gobernabilidad de España. Tan ambiciosos objetivos requieren un amplísimo consenso, por lo que, en su modestia de movimiento incipiente, aspirará en primera instancia a la cualidad de «bisagra no nacionalista» desde la que podría ejercer una influencia determinante en esa dirección.
«Punta de lanza»
La participación de Rosa Díez en el futuro partido supondrá, según sus inspiradores, un elemento capital para consolidarlo, pues se trata de un personaje con el fundamento y «tirón» capaces de lograr representación institucional en las legislativas de marzo, en las que podría concurrir como «número uno» por Madrid. «Ella es la punta de lanza de lo que hagamos», asegura Fernando Savater. De hecho, el brillante historial político de la ahora «disidente» del PSOE acredita su solvencia en puestos de salida: en las elecciones europeas de 1999 cosechó casi siete millones y medio de votos, un resultado espectacular en plena etapa de auge del PP. Además, ha sido consejera de Comercio y Turismo en los Gobiernos de coalición PNV-PSOE entre 1991 y 1998.
El choque entre Rosa Díez y la actual dirección del Partido Socialista se desencadenó con el viraje de 180 grados que José Luis Rodríguez Zapatero imprimió a la política antiterrorista después de acceder a la presidencia del Gobierno en marzo de 2004. Férrea defensora del Pacto por la Libertades y contra el Terrorismo y de la Ley de Partidos, Díez comprobó pronto cómo su posición abiertamente crítica con el fallido «proceso» de negociación con ETA le acarreaba represalias: primero fue apartada en 2006 de la Comisión de Libertades del Parlamento Europeo (la que fija la política antiterrorista común de los socios de la UE) y después, el pasado mes de enero, d e la de Asuntos Jurídicos, desde donde fue enviada a la de Mercado Interior, un destino de trámite.
«Auténtico «mobbing»»
La dirección socialista ha tratado de esquivar el ruido de este conflicto ante la opinión pública y ha evitado los expedientes internos y las amenazas de expulsión, pero ha practicado lo que la propia Díez ha calificado a menudo en privado como «auténtico «mobbing»».
Ferraz (siempre con el secretario de Organización, José Blanco, en la trastienda) se ha defendido y ha resumido su posición con un lacónico «si no está de acuerdo, que se vaya». También ha hecho hincapié en la «contradicción que supondría tener en puestos de responsabilidad a quien marcha en una dirección completamente opuesta a la fijada por el partido». Igualmente, ha tratado de abonar de forma soterrada la idea de que Díez ha venido actuando en clave de «vendetta» después de haber intentado en 2000 alcanzar la Secretaría General del PSOE, precisamente en el Congreso Federal en el que José Luis Rodríguez Zapatero se hizo con las riendas del socialismo, contra todo pronóstico.
Frente a las críticas de sus hasta ahora compañeros de filas, el discurso de Rosa Díez ha sido siempre nítido: cuando se le ha insinuado que, por coherencia, debería haber renunciado a su escaño en Bruselas, ha replicado siempre que fue reelegida eurodiputada en junio de 2004 por un programa en el que se defendía lo que ella ha mantenido después: la política de derrota del terrorismo, siempre de la mano del Partido Popular. «Son otros los que han cambiado, no yo», ha comentado en varias ocasiones. En todo caso, su situación en el partido era ya insostenible y su incuestionable fibra de «animal político» ha creído hallar el adecuado cauce en el proyecto de «Basta Ya».
El día 20, en Málaga
Fuentes de la plataforma promotora del nuevo partido han asegurado también que «el proyecto está calando no sólo en las comunidades que llevan décadas padeciendo gobiernos nacionalistas, o en Madrid, donde hallamos bastante eco, sino también en Andalucía, donde se empieza a respirar un aire de rebeldía y de hastío después de tantos años de «régimen» del PSOE. Por eso, el día 20 de septiembre habrá también otro acto de presentación de nuestras propuestas en Málaga».
Se enfria la fusión con Ciutadans
Parecía un «matrimonio» cantado, pero algunas discrepancias surgidas este verano han abierto una brecha entre el proyecto de partido alentado por la plataforma cívica vasca «Basta Ya» y la formación «Ciutadans-Ciudadanos», presidida por el joven abogado Albert Rivera, que ha transitado con velocidad excesiva desde la «pureza» de sus propuestas renovación de la partitocracia con la que irrumpió por sorpresa en el Parlamento de Cataluña a las más agrias disputas internas.
En su empeño de «sumar esfuerzos», los promotores del embrionario partido que tendrá a Rosa Díez como cabeza visible habían venido dando por hecho que la unión de su proyecto con el de Ciudadanos terminaría por producirse de forma natural, dada la afinidad de sus propuestas, basadas en la oposición al nacionalismo y en la renovación democrática. Sin embargo, ese entusiasmo se ha enfriado notablemente después de algunos «encontronazos» en estas últimas semanas. Según fuentes consultadas por ABC, Ciudadanos ha presentado como propios actos organizados por «Basta Ya», sin consulta previa, lo que ha sido considerado como «una maniobra fea y oblicua» por esa organización. Tampoco está contribuyendo a la armonía la confusión sobre el reparto de fuerzas en Ciutadans, que dificulta notablemente la interlocución. Dadas estas circunstancias, Basta Ya ha establecido una distancia preventiva frente el joven partido implantado en Cataluña, aunque no descarta futuros acuerdos basados en «esperar y ver quién acredita que cabe en nuestro proyecto».
Esta prudencia también la está aplicando la «Plataforma Pro», nacida de «Basta Ya», a otras organizaciones que, a río revuelto, han tratado de subirse al carro de esta nueva alternativa. En esa ofensiva han intentado colarse grupúsculos defensores de la «teoría de la conspiración del 11-M» y pequeños partidos alentados por personajes sospechosos de oportunismo, por su trayectoria zigzagueante. A priori, nadie está descartado, pero debe pasar una reválida de claridad de intenciones en un partido que aspira a ser «absolutamente minimalista, heterodoxo y muy colegiado. Aquí no va a haber apenas sitio para los «liberados» que aspiren a vivir de la política».
La puesta en escena: Fernando Savater
El filósofo Fernando Savater es promotor e inspiración del nuevo partido político desde una posición bajo los focos que, sin embargo, huirá de los cargos orgánicos. Así, está siendo un óptimo «banderín de enganche» y altavoz de la iniciativa, dada su elevada cuota de popularidad y su acceso a diversas plataformas mediáticas. Ayer, en un curso de verano de la Universidad Menéndez y Pelayo (UIMP), aseguró que «este país admite otra perspectiva que no sea la del Gobierno ni la de la oposición. Mucha gente está aburrida de tener que elegir un único menú. Los ciudadanos no somos un rebaño». En esa línea, otra de sus contribuciones está siendo la de diferenciar ante la opinión pública la nueva oferta política de la planteada por el PP. Dado que el Partido Popular no ha mostrado apenas fisuras en su defensa de un Estado fuerte, en la línea que plantean ahora los miembros de «Basta Ya», Savater se ha encargado de aportar al proyecto un perfil social laico y de izquierdas, al defender la asignatura de Educación para la Ciudadanía.
El catalizador: Carlos Martínez Gorriarán
El profesor de la Universidad del País Vasco, portavoz habitual de «Basta Ya» y colaborador de ABC Carlos Martínez Gorriarán está ejerciendo el papel de catalizador del futuro partido, con su participación muy activa en la organización de contactos entre los grupos interesados en la propuesta y con sus esfuerzos en dotar a la nueva formación de coherencia programática e intelectual. En esa línea, ha contribuido decisivamente al diseño de las ideas concretas sobre la reforma de la Constitución y ha alimentado el vínculo de la plataforma con corrientes internacionales, como la de un grupo de intelectuales británicos vertebrados alrededor del llamado «Manifiesto de Euston», en cuyo preámbulo se dice: «Somos demócratas y progresistas, y proponemos un nuevo alineamiento político. Muchos pertenecemos a la izquierda, pero los principios que propugnamos no provienen exclusivamente de este ámbito. De hecho, abarcamos desde la izquierda socialista hasta los liberales igualitarios y otros comprometidos de manera clara con la democracia».
ABC.es
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