La toma de posesión de Obama culmina un gran movimiento social – Obama visitó a soldados heridos y ayudó en la reforma de un albegue juvenil – Gates, titular de Defensa, no irá a la ceremonia por si hubiera un ataque
Edward Oser y Deva Ahari, ambos de 23 años y vecinos de Chicago, son una pareja birracial muy propia de la era Obama. Él, rubio de origen europeo. Ella, hija de inmigrantes de India. A media mañana de ayer, entre una nevada, aterrizaron en el aeropuerto Dulles de Washington con la ilusión de participar hoy en la fiesta de toma de posesión del nuevo presidente. Centenares de miles de personas, procedentes de toda la geografía estadounidense, siguieron su ejemplo y se sumaron a una peregrinación laica de una magnitud sin precedentes.
"Estuve en Grant Park (Chicago) la noche electoral -explicó Edward a La Vanguardia-. Llevamos años de cosas muy feas en este país, pero ese día ocurrió algo muy bonito. El presidente Bush no fue bueno para Estados Unidos ni para el mundo. Espero que Obama aborde los problemas de manera más sensible y elegante".
Para los afroamericanos, vivir en directo el acontecimiento tiene una magia especial, especialmente para la generación con memoria de la segregación racial y de la lucha por los derechos civiles. Lynatte Brown, de 55 años y empleada de la compañía IBM en Atlanta, nunca había estado en la capital federal, pero hace cuatro meses, incluso antes de la victoria de Obama, ya reservó los billetes de avión. Con un vistoso abrigo rojo y un buen gorro de lana, llegó preparada para "ir a todos los actos posibles que no requieran entrada". Sobre la llegada de un hombre negro a la Casa Blanca, comentó: "Hay gente que nunca pensó que esto sucedería, pero yo siempre lo supe. Con Dios, todo es posible. Ya dice la Biblia que un día la cabeza será la cola, y la cola la cabeza. Cuando vi a Obama hace cuatro años en la convención demócrata (celebrada en Boston), pensé que tenía mucho futuro. El Señor lo empujó hacia arriba".
Los peregrinos de Obama viajaron a Washington en todos los medios de transporte. Quienes vinieron de lejos y cuyo bolsillo lo permitía lo hicieron por vía aérea y se hospedarán en los abarrotados hoteles.
Los más humildes emprenden un agotador viaje de ida y vuelta en autocar, a veces de diez o quince horas por trayecto, para pasar sólo unas horas en la capital. Lo organizan parroquias, organizaciones de barrio, grupos de vecinos, compañeros de trabajo.
Está claro que el ascenso político de Obama no es sólo una aventura individual: es la punta de lanza de un movimiento ciudadano, de abajo arriba, que ha cautivado a millones de personas. Eso se nota en esta inauguración tan especial. El presidente electo quiere utilizar esta infraestructura de apoyo tan amplia para gobernar de una manera innovadora, más moderna y participativa.
Ayer lunes, día festivo en honor de Martin Luther King, estaba dedicado al servicio comunitario. El presidente electo quiso dar ejemplo. Visitó a soldados heridos en un hospital y ayudó a pintar las paredes de un albergue para adolescentes sin techo. "Pido al pueblo estadounidense que convierta los esfuerzos de hoy en un compromiso permanente para enriquecer las vidas de otros en sus comunidades, ciudades y países". Michelle Obama y la esposa del vicepresidente electo, Jill Biden, fueron a un estadio deportivo a ayudar a preparar paquetes y a escribir cartas para los soldados desplegados en el extranjero.
Obama tendrá hoy una jornada muy intensa. A las diez de la mañana, él y su esposa, Michelle, dejarán su residencia provisional en Blair House, cruzarán la avenida Pensilvania y tomarán café con el matrimonio Bush. Luego se dirigirán juntos al Capitolio para las ceremonias.
Después del desfile de la tarde -y antes de los bailes de la noche-, Obama dispondrá de algunas horas, como presidente, en las que, en teoría, podría anunciar ya algunas medidas simbólicas inmediatas como el cierre de Guantánamo -aunque con un plazo para ejecutar la decisión-, la orden de retirada de Iraq o un decreto que deje muy clara la prohibición de la tortura a detenidos. Lo natural, sin embargo, sería que estas medidas se anunciaran a partir del miércoles, tal vez de manera escalonada, con estudiada liturgia, para obtener la máxima repercusión mediática.
El miércoles Obama acudirá a la catedral nacional para la ceremonia de oración que han protagonizado todos los presidentes desde George Washington. Luego tiene prevista una reunión con comandantes militares y recibirá en la Casa Blanca, como señal de apertura a los ciudadanos, a centenares de personas (había la posibilidad de optar a ello apuntándose en internet).
En su último día como presidente, George W. Bush hizo llamadas telefónicas de despedida a una decena de líderes mundiales, entre ellos el primer ministro ruso, Vladimir Putin.
El actual -y futuro- secretario de Defensa, Robert Gates, de 65 años, ha sido designado como la persona que no asistirá a las ceremonias de hoy. En caso de un atentado catastrófico, Gates aseguraría la continuidad del Gobierno estadounidense. La elección del jefe del Pentágono es significativa. Se trata de uno de los miembros de Gabinete saliente y del futuro gobierno con más experiencia, un hombre muy serio y pragmático, ex director de la CIA, a quien Obama ha querido retener. Actuará como eficaz engarce entre las dos administraciones. Su presencia invita a rebajar las pasiones en un momento en el que tan simplista resulta demonizar a Bush como santificar a Obama.
DOS SIGLOS DE CEREMONIA
GEORGE WASHINGTON
1789. Primera investidura, en la ciudad de Nueva York
JOHN ADAMS
1797. El presidente del Tribunal Supremo toma el juramento por primera vez
THOMAS JEFFERSON
1801. La ceremonia se traslada a Washington. La prensa hace una edición extra para el discurso
WILLIAM HARRISON
1841. Primer presidente que llega a Washington en ferrocarril
JAMES BUCHANAN
1857. Primera ceremonia fotografiada
ABRAHAM LINCOLN
1865. Afroamericanos participan en el desfile
WOODROW WILSON
1917. Mujeres participan en el desfile
FRANKLIN D. ROOSEVELT
1937. Por la 20.ª enmienda, la investidura pasa al tercer martes de enero. Antes se celebraba el 4 de marzo
LYNDON JOHNSON
1963. Jura el cargo en el Air Force One tras el asesinato de Kennedy
BILL CLINTON
1997. Transmisión en directo por internet
La Vanguardia (20.01.2009)