“Concebir la lengua catalana como los barrotes de nuestra prisión es una estrategia suicida»

Moreso (derecha), con el presidente del foro, Serra Ramoneda (detrás), y Molas (izquierda). Foto: RICARD CUGAT

Tribuna Barcelona / Foro de opinión de El Periódico

Moreso: “Concebir la lengua catalana como los barrotes de nuestra prisión, es decir, impedir el acceso al sistema universitario a quienes no puedan expresarse en catalán [es] una estrategia suicida en el mundo actual”

"La Universidad no se privatiza"

El rector de la Pompeu Fabra afirma que en Europa nadie se plantea abandonar el modelo público universitario

Jordi Casabella – Sara González – Barcelona.- El rector de la Universitat Pompeu Fabra (UPF), Josep Joan Moreso, afirmó ayer que la idea de los detractores del proceso de Bolonia de asociar la convergencia universitaria europea con la mercantilización de la educación superior y la privatización universitaria es "plenamente falsa". Moreso sostuvo que ningún país europeo se había planteado la posibilidad de abandonar el modelo universitario público porque "forma parte del código genético de la Europa contemporánea" durante su intervención en Tribuna Barcelona, el foro de opinión de El Periódico.

El dirigente de la UPF, que ejerce como presidente de turno de la Associació Catalana d'Universitats Públiques, se rebeló igualmente contra quienes propagan el eslogan de que, a partir de ahora, las empresas van a condicionar los planes de estudios y la investigación universitaria. "Las universidades son en Europa instituciones medievales con una amplia tradición de autonomía. Nadie se atrevería a condicionar su tarea aca-
démica. Eso solo lo han hecho histó-
ricamente los gobiernos autoritarios", aseveró, taxativo.

LA FINANCIACIÓN
La reivindicación de la supremacía del caracter público de la universidad vino acompañada de la exigencia de que disfrute de una financiación "estable y sostenible". Para ello señaló que, en el caso de Catalunya, es preciso que los recursos públicos que se invierten en el sistema crezcan como mínimo del 1,1% al 1,5 % del PIB; que las universidades se afanen en diseñar estrategias para procurarse una financiación adicional procedente de los antiguos alumnos, como ya ocurre en otras latitudes, y que se arbitren incentivos fiscales para que la cultura del mecenazgo cale en la educación superior y las universidades puedan recibir nuevos fondos por esa vía.
Moreso no descuidó referirse al talón de aquiles de la financiación de las universidades: las becas y ayudas al estudio. Atendiendo al dato de que en España se dedica a este ca-
pítulo el 0,008% del PIB, tres veces menos que en Europa, concluyó que la política que se lleva a cabo en ese terreno es "muy insuficiente". "Aún hoy las personas nacidas en familias de clase media alta tienen más del doble de probabilidades de estudiar en la universidad que las de familias de clase media baja", remachó.

EL OBJETIVO
El rector defendió durante su intervención el principal objetivo de la declaración acordada en 1999 en la universidad italiana de Bolonia por 24 países europeos, a la que se han sumado otros 21: "Generar un sistema único que permita la construcción de un espacio universitario europeo (EEES) fácilmente comprensible, comparable y articulado, donde la movilidad sea la regla y no la excepción", dijo. "Parece difícil estar en contra", agregó.
Se refirió a la oportunidad que se abre para las universidades catalanas de convertirse en un polo de atracción para los estudiantes europeos que, tras obtener un título de grado, quieran cursar un máster y apostó por una estrategia basada en una oferta trilingüe donde el cata-
lán, el castellano y el inglés "convivan en condiciones de armonía".
Para Moreso "concebir la lengua catalana como los barrotes de nuestras prisión, es decir, impedir el acceso al sistema universitario a quienes no puedan expresarse en catalán" es "una estrategia suicida en el mundo actual". Lo adecuado, insistió, es "concebir la lengua catalana como la puerta abierta de casa, a la que todos pueden acceder".
El rector de la UPF llamó igualmente a preservar "la idea unitaria del saber" para evitar que la universidad europea pueda perder su legado humanista –"lo que sería un desastre", apostilló–, y conjurar así el peligro que vislumbran los que desconfían del proceso de Bolonia.

El Periódico (10.02.2009)

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