Un 18,2% de la población de Catalunya se encuentra en lo que los técnicos denominan riesgo de pobreza. Para medir este índice, el Institut d´Estadística de Catalunya (Idescat) establece un umbral de ingresos anuales en función de cada hogar, de modo que en uno de carácter unipersonal se sitúa el límite en 8.183,5 euros netos anuales y si se trata de un hogar con dos adultos y dos menores de edad, en 17.185,4 euros.
La media de ingresos de los hogares catalanes es de 27.039 euros anuales, según datos del Idescat para el año 2007. La renta media anual de Catalunya es un 9,3% superior a la del conjunto de España.
Los colectivos más vulnerables son los que viven en hogares monoparentales (formados por un adulto con uno o más hijos dependientes) y las personas que viven solas, con especial incidencia en las que tienen más de 65 años. Otras variables que inciden en el riesgo de pobreza son el estado civil, el nivel de formación y la nacionalidad. Así, los grupos más desfavorecidos son las personas de nacionalidad extranjera (38,5% están en riesgo de pobreza), las personas viudas (29,1%) y las personas que sólo tienen educación primaria o inferior (27,2%). Otro dato relevante es que la pobreza relativa incide más en las mujeres que en los hombres, y en especial en las de más de 65 años. Entre las mujeres jubiladas, una de cada tres se halla en situación de pobreza.
Más de la mitad de los hogares catalanes recibe algún tipo de prestación social procedente de pensiones para la vejez, desempleo u otras ayudas a la familia, vivienda o estudios. Del conjunto de prestaciones, un 66,7% corresponde a pensiones de jubilación y un 14,4%, a prestaciones por paro. De no ser por estas ayudas de la Administración, la tasa de riesgo de pobreza alcanzaría al 35,8% de la población.
Según Idescat, un 24,9% de los hogares está en el tramo alto, es decir, supera los 35.000 euros por año.
La Vanguardia (24.02.2009)