Despertar de un sueño

Vías del tren en Arenys de MarHace un año se prometió eliminar las vías del tren de la costa y ahora se anuncia su consolidación

Todavía no hace ni un año que se presentó el plan territorial metropolitano a los alcaldes y en él se prometía la retirada de buena parte de la vía férrea que ahora pasa por la costa norte barcelonesa. El plan que aplaudieron los alcaldes plantea llevar esas vías hacia el interior o bien soterrarlas para facilitar así que los municipios hagan realidad el sueño de muchas generaciones de eliminar una barrera de hierro que pronto cumplirá 200 años. De esta manera, los pueblos recuperarían plenamente su litoral como lo hizo Barcelona antes de los Juegos Olímpicos.

Ese sueño se ha truncado nuevamente. La semana pasada se presentó el plan de inversiones de cercanías, que no incluye para nada lo expuesto en el plan metropolitano, sino que proyecta construir una doble vía junto a la actual entre Arenys de Mar y Blanes. Los alcaldes de la zona afectada se han enterado por la prensa y han quedado tan perplejos que no encuentran palabras con las que explicar a sus ciudadanos este nuevo episodio de flagrante contradicción política. No saben qué decir porque no existe una explicación razonable. ¿Cómo es posible que un gobierno cree una expectativa y a los pocos meses la desmonte con la misma sonrisa en la cara? "Los sueños, sueños son", nos diría Calderón, pero en esta ocasión se está jugando con la esperanza de 400.000 personas a quienes alguien ha mentido.

Para intentar paliar la reacción contraria de los municipios costeros por donde la vía transcurre a escasos metros de sus casas, se han sacado de la manga una coletilla que todavía crea más preocupación. El plan de cercanías dice que la vía se desdoblará "allí donde sea posible". Es decir, que no habrá doble vía en todo el tramo de costa, con lo que el objetivo de aumentar la frecuencia de trenes en la zona queda cuestionado y abre serias dudas sobre si lo que están planteando acabará siendo una chapuza que mantenga hipotecado el territorio y el propio servicio ferroviario.

Hay un silencioso cabreo en el Maresme por parte de los alcaldes afines al Govern y un elocuente mosqueo en los consistorios de otros colores políticos. Ahora esperan que alguien hable con ellos y aspiran a poder negociar los tramos por los que no debe transcurrir la nueva vía. Muchos ven en peligro sus paseos marítimos, enclaves turísticos y edificios de viviendas que podrían quedar afectados. Sería una deferencia que se contara con ellos y no se les diera otra vez la espalda aplicando el criterio del interés general. Quizás viendo venir el temporal, la Generalitat ha hecho coincidir el anuncio de la doble vía con la noticia de que en el 2010 habrá bonificaciones en el peaje de la autopista para los residentes. ¿Será ese el precio para perpetuar el sueño?

Enric Sierra

La Vanguardia (2.03.2009)

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