El experto lo deja muy claro: «El castellano en determinadas zonas es una lengua minoritaria y se da la situación paradójica de que puede haber habido determinadas legislaciones que no hayan sido lo bastante respetuosas con los castellanohablantes de esas zonas. Las alegaciones son sobre todo relativas a Cataluña, en relación con las políticas de inmersión lingüística. Aquí, en Euskadi, la cosa ha sido más equilibrada.».