Apreciado Sr.Ordóñez, En su conjunto, su colaboración, o interpretación del fundamento de la sentencia del Constitucional relativo a la utilización de la lengua cooficial o vernácula (no le parece raro que éste término no lo emplee el Tribunal, cuando sería quizás el más apropiado)junto a la oficial de España, así como sus previsibles o necesarios efectos o consecuencias, me parece correcto. Ahora bien, conociendo lo que ha ocurrido -desde hace más de un cuarto de siglo- hasta el momento (las reiteradas, planificadas, deliberadas tropelías)en estas provincias españolas, no cree usted que ya no podemos volver a caer en las ingenuidades de eso denominado «normalización lingüística»; o en creer que las lenguas necesitan «discriminación positiva» (si así fuese, lo coherente sería primar el español, convertirla casi en única o exclusiva en buena parte del territorio de Gerona, Lérida o Tarragona)…Bien, en resumen, el punto 5 de su colaboración me parece equivocado e incluso, de aplicarse, volvería a suceder lo ya conocido; salvo que hablásemos de la promoción del ejercicio de los derechos de los ciudadanos catalanes de habla española