La manifestación del 10 de julio

somunanacioPudiera uno pensar que tras la, supuesta y aireada, presencia de 1.500.000 catalanes en manifestación contra el Constitucional, estamos al borde de una ruptura, de la secesión de Cataluña.
Podría pensarse que todos los catalanes son nacionalistas y si no todos, la mayoría. Pero uno intenta sobreponerse al chaparrón de escritos de nuestra prensa (la catalana) adocenada (toda ella).
La verdad es que fueron muchos, es difícil juntar tanta gente por motivos más cercanos, más duros: los que tienen que ver con la crisis económica, con el paro, con la precarización del trabajo, con la injusticia de que la crisis no la paga quien la hace, solo quien la sufre, las clases trabajadoras. Y no, no estoy acusando a los autónomos o pequeños empresarios que también la sufren, no. Ya sabemos todos a quienes nos referimos.., bancos, multinacionales y también a la clase política. Estos últimos tienen una gran parte de culpa por su incapacidad para verla venir, por no ponerles coto, por dejarlo todo al libre albedrío del mercado; nos han impuesto un darwinismo social impropio de seres racionales, y para solventarla, más recorte a los de siempre.

Pero me voy, me voy por donde me duele. Y yo quería hablarles del acto de exaltación patriótica que reunió a no más de 100.000 manifestantes (que son muchos y preocupante, aconsejo visitar http://www.lynce.es/es/manifadetalle.php?cod=44#) convocados por la clase dirigente para responder a la agresión exterior contra las esencias de la patria catalana. Todo huele a franquismo, ¿recuerdan cuando Franco llamaba a concentrarse en la Plaza de Oriente contra la pérfida Albión? Cientos de autocares aportaron lo más selecto de la España, perdón Catalunya profunda. Estaban todos los cercanos al poder, los que cobran, los que retroalimentan sus odios,.. Políticos y sindicatos.
Y lo más grave y lo que más me duele era un acto Joseantoniano, interclasista, transversal dicen los esnobs, superadores de los “arcaicos” ideológicos de izquierda y derecha. Allí se hermano la derecha más rancia catalanista, como la “Plataforma per Catalunya” e incluso descaradamente fascista como “ESTAT CATALA” con ¿la izquierda? más radical – e insolidaria-, como Corrent Roja o las CUPs. Era un éxtasis orgiástico de exaltación nacional, “Tot per la patria”, “Patria o mort, vencerem”, “Puta España”…..   Y en medio los “bienpensantes” y su bonhomía y “saber fer”, CiU y  PSC con los palmeros ERC e IC. Montilla en su huida hacia el abismo, impulsado por su ¿complejo xarnego?, ha de esconderse de la bestia que alimenta. ¿Cuantos militantes de IC y PSC, pusilánimes y autoodiándose, estuvieron allí renegando de si?. Manolo amigo mío, ¿estuviste con tus compañeros del PSC y codo con codo con esos nacionalistas que tanto os desprecian y que nunca dejaran de consideraros ciudadanos de segunda?, ya sabes, eres alcalde por el PSC de un pueblo del Valles y seguro que has promulgado una normativa de uso exclusivo o preferente del Catalán, marginando el idioma que te es propio a ti y a tus compañeros socialistas y a la mayor parte de tus conciudadanos de ese pueblo que gobiernas. Pero hay que tragar carros y carretas y seguro que fletaste un autobús con la bandera independentista como estandarte… Ay Manolo.
Allí estuvo la Cataluña oficial y virtual, pero no la real.
¿Dónde esta la Cataluña real? Ese es el problema.
En Cataluña existe un grupo de familias instaladas en todos los resortes del poder económico y político. Para dar soporte a este grupo se ha constituido un entramado de partidos políticos, sindicatos y patronales que cubren todo el espectro ideológico, pero el catalizador de todo ese entramado se llama nacionalismo. Desde antes de la transición el nacionalismo entendió la necesidad de lo que los trotskistas llamaron entrismo por lo que han practicado y practican un embebimiento en todos los ordenes y estamentos sociales. Cualquier asociación o grupo es susceptible de ser embebida por el nacionalismo. Es un proceso sutil pero imparable: partidos políticos, sindicatos, asociaciones de padres, asociaciones culturales diversas, onges, grupos religiosos, folclóricos, asociaciones de inmigrantes, asociaciones empresariales, cooperativas, empresas, etc. etc. etc. (Viví los inicios de attac  en Cataluña y no se veía a ningún nacionalista, hoy su actitud acrítica ante ellos es algo más que ignorancia. También lo he vivido como presidente de una Asociación de Padres en un colegio publico donde la ética desaparecía con tal de echar a los xarnegos, es decir a mi y a la directora, llegando a realizar mobbing y acoso psicológico a esta, y a mi difamación publica, hasta en Internet).
El grupo o asociación que se plantee mínimamente una crítica al poder establecido esta condenado a la marginalidad y al ostracismo, tal es el caso de nuestra asociación u otras con más solera y que llevan años luchando contra el nacionalismo. La estigmatización es fácil y de bajo coste: son españolistas o aún más sencillo: fascistas.
En Cataluña existe, lo que durante la transición se denominó, mayoría silenciosa. Éramos mayoría los que estábamos contra el franquismo pero eso no tenia reflejo social, no existían ni los partidos ni las asociaciones que permitieran catalizar ese descontento, no fue fácil y recordemos que hubimos de esperar a la muerte física del dictador para poder conseguir que ese sentimiento se expresase finalmente. Hoy en Cataluña existe una mayoría silenciosa incapaz de expresarse e incapaz de organizarse. No esta cohesionada y no es capaz, aun, de concretar su palabra. Son muchos los problemas, las cortapisas, las trampas seudo-ideológicas, los falsos postulados sobre los derechos identitarios que atenazan e impiden que esa mayoría silenciosa deje de serlo.
Pero esta claro que más pronto o más tarde ese día llegará y entonces las manifestaciones a favor de la ciudadanía frente al nacionalismo, de los derechos sociales frente al neoliberalismo, de la libertad frente normalización y la asimilación, de la interculturalidad y el mestizaje frente al multiculturalismo de las culturas estáticas y cerradas, repito ese día las manifestaciones serán de cientos de miles de ciudadanos, no agrupados por la patria, si no por el progreso y ahí no tendrán sentido la transversalidades joséantonianas del 10 de julio.

Vicente Serrano
Barcelona, 21 de julio de 2010

 

Sé el primero en comentar en «La manifestación del 10 de julio»

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.


*


Traducción »