Es todo tan anómalo y tan perverso que hasta influye en mí que mejor que sigan con la dichosa inmersión. Tal vez esta sentencia les haya aguado a más de uno y dos en plan independentista. No podrán acusar a los jueces de ir en contra de su amada Catalonia ni su sagrada lengua. Y con su sempieterno victimismo aburren ni se sabe.