Antonio, Montse: Esperanza Aguirre no es la culpable de lo sucedido. Su afan de protagonismo y su torpeza la han convertido en una «víctima» más del odio que todo lo invade. Los 30 años de dictadura catalanista y el poder omnipresente de la prensa del regimen son los únicos responsables. El nacionaliso ha hecho lo que mejor sabe: justificar su infamia buscando un enemigo externo. Y el PSOE, Diós mío el PSOE, es de una vileza y una cobardía digna de psiquiátrico de guardia. Incapaz de levantar la voz frente al insulto y el odio nacionalista directamente culpa a Aguirre. Un día triste, el nacionalismo excluyente vuelve a ganar.