Rosa Luxemburg consideraba que la lucha por los derechos de las mujeres estaban incluidos en las reivindicaciones socialistas, por lo que no apoyaba el feminismo entendido como movimiento organizado específico -el feminismo burgués de su época. Por otro lado, algunos sectores feministas actuales -incluidos en el llamado feminismo de la diferencia y sus derivados- son tendencias postmodernas que proponen un falso nuevo orden. Eso no significa, sin embargo, que las concretas experiencias de carácter económico y social mencionadas en el artículo sean desdeñables.