Excelente y descojonante. Me he preciado siempre de pensar por mi mismo y de modelar mis opiniones después de escuchar y leer mucho a quienes lo ven diferente a mí, a quienes respeto profundamente aún cuando piensan justo lo contrario que yo pero lo piensan por sí mismos. Odio a los conversos con la mayor de las intensidades y, hay que joderse, estoy rodeado de ellos.