La Conselleria de Sanitat de la Generalitat de Cataluña recorta 17,5 millones de euros en el Hospital Clínic de Barcelona, del que dependen 500.000 barceloneses. La medida es consecuencia de la aplicación del plan de ordenación asistencial (RAT) aprobado en junio pasado.
Van a desmantelar 74 camas de las 704 actuales. No hace mucho disponían de 1.200. Cerrarán el 9% de las mesas quirúrgicas, unas 40 de las 404 en funcionamiento. Calculan que con esto ahorrarán 10,8 millones. Los otros 6,7 recortando salarios, como la supresión del 50% de una paga extra a los trabajadores. La inversión en equipos y obras ya se redujo en 7 millones. Como los últimos años, llueve sobre mojado, y la merma de dinero a la sanidad catalana por parte del gobierno de Artur Mas se aplica con mano de hierro. Y del mismo modo son implacables a la hora de derivar enfermos y operaciones hacia hospitales privados.
En concreto, para este año, pretenden enviar al “Sagrat Cor”, entidad privada controlada desde 2011 por la multinacional sanitaria IDC Salud (antigua Capio) operaciones sencillas de medicina interna como neumología, aparato digestivo y sobretodo traumatología. Por ejemplo, operaciones de cadera en ancianos de las cuales el hospital realizaba unas 500/año. Operaciones estas que precisan en condiciones normales de una sola revisión y cuya convalecencia se hace en el hogar. ¡Eso sí!, ni que decir tiene que la administración catalana pagará religiosamente por cada una de ellas lo que cuestan, más el beneficio que se lleven los accionistas de IDC.
Unidad sindical para señalar a los saqueadores
Todas las fuerzas sindicales del Clínic han rechazado frontalmente el plan. Desde el Sindicat de Metges y SATSE (sindicato de enfermería) a CCOO, UGT, APiHC, CGT y AIPS. Todas en bloque porque cada vez es más evidente que Artur Mas y el responsable de la sanidad catalana Boi Ruiz se esfuerzan, y mucho, en degradar la sanidad pública para trasvasar buena parte del dinero que administran a las arcas de hospitales privados y mutuas asistenciales, en las que ellos tienen arte y sobretodo mucha parte:
– Boi Ruiz: Conseller de Sanitat, fue, hasta la fecha de su nombramiento, el presidente de los hospitales privados de Cataluña.
– Josep María Padrosa: número 2 de la sanidad catalana es el representante de 6 empresas sanitarias que facturaron a la sanidad pública 14,29 millones en 2012 y 14,31 en 2011.
– Josep Prat: presidente del Institut Català de la Salut, está en el consejo de administración de USP (United Surgical Partners), el mayor grupo de hospitales privados de España.
– Ramón Bagó: ex-alcalde de Calella por CiU, que presidió el Consorci Hospitalari de Catalunya, y al que se investiga por trato de favor a las empresas del importante grupo SERHS que él mismo fundó.
Como guinda, y para no seguir con esta infame lista, añadir que, según un estudio realizado por la Asociación de Investigación Cooperativa entre Entidades Aseguradoras y Fondos de Pensiones, el número de asegurados a mutuas asistenciales ha crecido un 2,54% en los últimos años. Las principales compañías del sector han visto aumentados sus beneficios. SegurCaixa Adeslas declaró un beneficio neto de 108 millones, un 8,4% más que en 2011, y, por su lado, el grupo Sanitas saldó 2012 con 97,3 millones de beneficio, un 6% más que el año anterior.
Con cada cama y cada quirófano que cierren, abren el negocio de sus camas y sus quirófanos… privados. A cada recorte sanitario que imponen, aumenta la dependencia de la salud de los catalanes a los negocios médicos que poseen. Esto son los patriotas carroñeros de Artur Mas.
Ignasi Soler, De Verdad Digital, 08-10-2013