Eddy Sánchez: “La FIM debe ser un espacio de debate estratégico de la izquierda”

Entrevista con el director de la Fundación de Investigaciones Marxistas

Carlos González Penalva / Mundo Obrero: Se cumplen 35 años de la creación de la Fundación de Investigaciones Marxistas (FIM), la fundación de elaboración e investigación teórica y política del PCE ¿Cómo nace la FIM?

Eddy Sánchez: En los años finales de la dictadura, en la década de los setenta del siglo pasado, el PCE impulsó el Centro de Estudios e Investigaciones Sociales (CEISA), el cual, y como consecuencia de la situación de clandestinidad que sufría el Partido, se estructura bajo la forma de sociedad anónima, de ahí el nombre.

Los objetivos de esa sociedad eran los de impulsar el debate político y la investigación sobre la realidad española en plena crisis del franquismo y del desarrollismo, que iban en la línea de profundizar en la política de alianzas del Partido con intelectuales, sectores profesionales, técnicos, académicos y mundo de la ciencia, y del desarrollo del marxismo en el ámbito de las ciencias y la universidad.

Legalizado el PCE, dicha sociedad da origen a la FIM, la cual se crea formalmente en 1978 bajo la dirección de José Sandoval y que realiza como primera actividad un seminario sobre la función social de la ciencia. A imagen del Instituto Gramsci del PCI o el Centro para el debate y la investigación social vinculado al PCF, el PCE se dota de su propia fundación, una de las más veteranas y de mayor trayectoria de nuestro país en el marco político, que ha funcionado ininterrumpidamente hasta la actualidad.

M.O.: ¿Cuál es su estructura?

E.S.: La FIM se organiza mediante secciones, dirigidas a un ámbito científico concreto, como puede ser la economía, historia, la tecnología, las ciencias políticas, la estética, la filosofía o el urbanismo, por poner algunos de los ejemplos más conocidos.

Dichas secciones desarrollan su actividad investigadora a través de tres herramientas: las jornadas, los seminarios y los congresos científicos, cuyas conclusiones son publicadas, y desde ahí, influir en el debate académico o científico de nuestro país.

El otro objetivo es hacer de la FIM un espacio de debate estratégico de la izquierda, que le sirva al PCE en sus análisis acerca de la realidad contemporánea y en nuestra política de alianzas con el mundo de la cultura y de la universidad.

M.O.: En la actualidad, ¿cuáles son las líneas troncales de investigación?

E.S.: Podemos distinguir cinco etapas en la historia de la FIM, muy relacionadas con la realidad política vivida por el PCE en estas décadas. Una primera, correspondiente a 1978-1981, muy centrada en el debate del eurocomunismo, en el que destacaban las jornadas dedicadas al papel de los intelectuales y de las capas profesionales en el proyecto socialista, y el aún recordado seminario internacional sobre las vías democráticas al socialismo editado en Ayuso y al que asistieron dirigentes de la talla de Pietro Ingrao o la visita posterior de Nicos Poulantzas. Una segunda, muy marcada por los seminarios dedicados a políticos o pensadores marxistas que iban desde Togliatti, a los marxistas ingleses, hasta Georg Lukács, el análisis de los primeros años del gobierno socialista de Felipe González o la edición de una serie de cuadernos que trataban sobre la historia del PCE. Lo más significativo de esa etapa fue la organización de los actos sobre el centenario del nacimiento de Marx en 1983.

La más intensa hasta ahora ha sido la tercera etapa, marcada por la caída de los países del Este y de la URSS que motivaron el famoso encuentro de Marbella, que congregó a todo el espectro social, sindical e intelectual de la izquierda española, etapa también muy marcada por la creación de IU y la especialización de la FIM en un verdadero “tanque de pensamiento” de IU y del PCE en la década de los noventa del siglo pasado, en especial en el abordaje del estudio de la globalización y de una UE que se ampliaba al este e impulsaba el Euro. Con el declive de IU, vino el de la FIM, muy mermada en lo económico y más centrada en la actividad de divulgación o de memoria histórica, etapa dura, pero que en el marco de los estudios de las clases sociales y de las relaciones laborales en España, tienen en la FIM uno de sus referentes. Etapa que supuso una disminución de los recursos y que nos ha llevado hasta el cierre de la mítica sede de la calle Alameda y la pérdida de nuestra revista Papeles de la FIM.

Etapa también que permitió sentar las bases para una recuperación actual, muy centrada en hacer de la FIM una herramienta, que desde el marxismo, se centre en la labor de investigación científica y empezar a dar la pelea de manera seria en el frente ideológico.

Podemos hablar desde finales de la década pasada de una lenta recuperación del trabajo de elaboración teórico propio de la FIM, a través de la organización de relevantes congresos científicos como los de historia del PCE, los de Economía del desarrollo, las jornadas de literatura y marxismo, los seminarios sobre la organización del trabajo, el encuentro de ciencia y universidad, así como la recuperación de una cierta capacidad editora.

Podemos hablar de abrir una quinta etapa, muy marcada por una FIM centrada en cuatro ámbitos que podemos definir como las cuatro grandes debilidades de la izquierda actual: el modelo productivo, el diseñar una alternativa de modelo de relaciones laborales actual, nuestra propuesta de organización del Estado y el conocimiento del pensamiento marxista.

M.O.: En su XIX Congreso, el PCE postula como uno de los ejes gordianos la lucha ideológica contra la hegemonía del capital, la batalla de las ideas ¿cuál es el papel que debe desempeñar la FIM en esta batalla y cuáles sus instrumentos y medios?

E.S.: La FIM es una herramienta al servicio de la política del PCE, la Alternativa social, democrática y anticapitalista a la crisis (ASDA). Para eso se requiere tomarnos en serio el estudio de las transformaciones del capitalismo contemporáneo y sus alternativas, el análisis en concreto del capitalismo español y europeo, la difusión del marxismo y profundizar en el carácter de la FIM como marco de relación con el mundo de la ciencia, de las capas profesionales y del mundo académico.

Para eso necesitamos, poco a poco, montar una estructura de trabajo estable que nos permita: consolidar grupos de investigación mantenidos en el tiempo como única garantía de obtener resultados serios, estabilizar nuestras publicaciones y centrarlas en difundir los resultados de nuestras investigaciones, recuperar Papeles de la FIM y, a medio plazo, tener una sede propia.

En estos momentos, con muy pocos recursos, hemos realizado una serie de actividades de mucho nivel que han obtenido un importante reconocimiento, como han sido nuestros congresos científicos. Tenemos potencial, un nombre y unas siglas respetadas por todos, fruto de un inmenso patrimonio cultural resultado del trabajo de muchos camaradas que, sin mucho reconocimiento, han hecho de la FIM la gran fundación de la izquierda de este país. A ellos y a ellas quiero dedicar esta entrevista.

Mundo Obrero, 28-10-2013

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