Estamos viviendo en Cataluña una situación extraordinariamente compleja que pone sobre la mesa una serie de cuestiones básicas sobre la naturaleza de la democracia.
Voy a empezar por una breve y muy simplificada descripción de la situación, con una mínima introducción histórica. Durante la Segunda República, anterior a la Guerra civil española, Cataluña goza de un estatuto de autonomía que le reconoce instituciones políticas específicas y una lengua y una cultura propias. Aunque la guerra civil fue una guerra de clases, también hay en ella contiendas ideológicas. Guerra de clases porque son las clases privilegiadas ( a saber : terratenientes, banca, grandes empresarios, jerarquía eclesiástica y militar ) las que se rebelan contra la república para proteger sus intereses. Pero lo hacen movilizando a una parte del pueblo, apelando al nacionalismo español y a la defensa de la religión católica y sus instituciones. Evidentemente las clases dominantes catalanas apoyan el golpe militar y aunque mayoritariamente los catalanes de a pie defienden la República i la Generalitat, también hay sectores populares que apoyarán la reacción. Una vez establecido el franquismo se eliminan todas las instituciones repúblicanas y las autonómicas, se prohibe el catalán y los elementos identitarios catalanes. La dictadura franquista, aunque no cambia su naturaleza básica, sí lo hace en algunos matices. Se va aceptando el catalán como lengua privada y luego hay una cierta tolerancia hacia su expresión pública. Llega la transición y con ella se consolida una monarquía constitucional. A pesar de algunos detalles negativos, es una Constitución democrática, que establece un Estado de derecho y garantiza las libertades individuales y políticas y apunta también a la garantía de los derechos sociales. Los detalles negativos son que los de un Jefe de Estado que será el Rey, la de un Ejército como garante de la Unidad de España y la de un trato especial hacia la Iglesia católica. Que el Jefe de Estado sea el Rey no quiere decir que se configue un Reino de España, como algunos lo califican., ya que es sustancialmente un Estado republicano ( de derecho, con separación de poderes y con un rey que reina pero no gobierna) pero manteniendo la institución monárquica.
Es evidente que hablamos de una institución poco democrática, a la que habría que eliminar, pero esto no invalida el conjunto. Lo del Ejército no me parece adecuado, porque no me parece que deba decir nada mi respecto a la unidad ni a la posibilidad de secesión. Y porque tampoco hay que señalar al Ejército como garante de nada especial. El último punto está referido a la Santa Sede y a los privilegios que supone `para la Iglesia católica el tener un tratamiento especial. Esto también debería eliminarse. Pero el comjunto es aceptable y no debería abrir un proceso constituyente sino reformar lo que tenemos. Se reconocen las autonomías históricas y con ella Cataluña, que recupera sus instituciones y su lengua. hay que decir que el movimiento antifranquista y democrático en Cataluña. básicamente guiado por la izquierda ( y dentro de ella sobre todo por el PSUC) reivindica la «LLibertat, aministia i Estatut de Autonomia). Aquí es importante destacar el papel de CCOO y el PSUC, capaces de integrar en estas reivindicaciones a la clase obrera castellanoparlante y de origen no catalán. Los españoles y los catalanes aprobaron la Constitución en referéndum.
Durante todos estos años y hasta el año 2003 ha gobernado CiU bajo la mano férrea de Jordi Pujol, el cual aparte de enriquecerse él y su familia, fue imponiendo lentamente la hegemonía nacionalista.Consistía en decir que Cataluña es una nación con una lengua y una cultura propia que debe aspirar, a la larga, a ser un Estado. Este nacionalismo conservador y etnicista despertó diversas reacciones, que fueron desde la constitución de Foro babel hasta la de Ciutadans. La llegada al poder de Pasqual Maragall liderando el Tripartit con ERC e IC/EUiA, parecía que canviaría radicalmente la cosa y que, al margen de una política social de izquierdas, abriría Cataluña al pluralismo político y social. Nada más lejos de la realidad. ERC era un partido todavía más fundamentalista que el del propio Pujol. Y en la dirección del PSC y de ICV-EUiA dominaban políticos muy empáticos con el soberanismo. resultado de ello fue la elaboración de un nuevo Estatut de Autonomia cuyo primer artículo definía a Cataluña como una nación, entendiendo por ello un sujeto político soberano. Coincidió este movimiento con el gobierno de Zapatero (PSOE), cuya actitud era conciliadora, y posteriormente con la de Rajoy (PP), que tuvo una actitud intransigente. Lo cierto es que el Tribunal Constitucional votó en contra de este artículo, lo cual era perfectamente coherente porque es evidente que era inconstitucional.
A todo ello vuelve a gobernar CiU, bajo la dirección de Artur Mas, representante del sector más neoliberal e independentista de CDC. Estamos en plena crisis económica.y Mas combina una política antisocial con una línea propagandista de dar la culpa a España de todos los problemas económicos de Cataluña y de los catalanes. Encuentra el apoyo incondicional de ERC, al mismo tiempo que aparece un movimiento independentista que quiere representar, más allá de los partidos, a los sectores soberanistas-independentistas. Es la ANC, construido desde la base y con una gran capacidad de movilización. Este poder se debe también al apoyo político y económico de la Generalitat. Mas pide una entrevista con Rajoy exigiendo el pacto fiscal. Es evidente que Mariano Rajoy no podría aceptar esta propuesta, claramente inconstitucional. Al margen de la poca capacidad de Mariano Rajoy para el diálogo está claro que quién rompió cualquier vía posible para negociar fue Artur Mas. porque desde este momento decide apostar directamente por la independencia. Pero lo hace con un buena artimaña retórica que es «el dret a decidir». Los independentistas lo que quieren es la secesión y no reclamar un derecho democrático formal, como se veía y el propio desarrollo posterior ha demostrado. A ellos no les interesa la capacidad de decidir de los catalanes y ya se preocupan por ello de proponer una Constitución catalana indivisble en la que los catalanes ya no podrán decidir nada. En todo este juego queda atrapada la izquierda que ve en ello una defensa de la democracia radical. Resulta que se identifica de una manera totalmente confusa democracia directa con referéndum y al mismo tiempo se continúa con la vieja reivindicación leninista del derecho a la autodeterminación. Pero no solamente esto sino que una buena parte de los dirigentes de ICV y de EUiA quedan seducidos por el sueño de una república catalana. Al mismo tiempo el aterrizaje de Podemos en Cataluña es desde una dirección impulsada por Pablo Iglesias y su círculo que comparten los presupuestos anteriores. El sector soberanista del PSC abandona el partido y la nueva dirección del PSC es capaz, progresivamente, de desmarcarse del «dret a decidir» y hacer una propuesta federal.
Se convocan unas elecciones autonómicas que la Generalitat plantea como plebiscitarias. Los catalanes votan y sobre un 47 %, si no me equivoco, vota por la declaración unilateral de independencia. Los que no vota no dicen nada pero no tenían porque aceptar el carácter plebiscitario y está claro que si quisieran la independencia hubieran votado a Junts pel sí o por las CUP. Siendo lo que son de representativos ( el de una tercera parte de los catalanes), la coalición JPS-CUP deciden iniciar el camino de la ruptura con España y constitución de una república catalana..
¿ Quienes son hoy los demócratas ?
– En primer lugar los que defienden el Estado de Derecho. Hay que respetar la Constitución y si no nos gusta, cambiarla. Cataluña forma parte de España y esta se ha constituido sobre la base de la participación de la anterior. Por lo tanto debe negociarse cambios constitucionales para solucionar problemas concretos. No es democrática la secesión de una parte de un país, simplemente porque le interese a la mayoría de esta parte. La base de la democracia es la garantía de los derechos fundamentales de todos ( y aquí son los españoles) y no lo que decida una supuesta mayoría.
– En segundo lugar los que resisten a la decisión de la mayoría parlamentaria JPS-CUP es totalmente democrática porque representan a una minoría de catalanes.
Ser demócrata hoy en Cataluña quiere decir defender el Estado de derecho y la democracia y movilizarse en su defensa. Los enemigos actuales son los independentistas que quieren imponer su voluntad de independencia. la solución no es un referéndum porque la sociedad está muy polarizada y hay que buscar negociar acuerdos para desactivar el movimiento independentista. Porque la independencia significaría levantar más fronteras, no favorecer la igualdad. la secesión de Cataluña perjudicaría al conjunto de los españoles. Porque significaría renunciar a nuestro pluralismo lingüístico y cultural en nombre de una concepción excluyente de la cultura. porque significa renunciar a un proyecto común basada en la solidaridad y en una mayor justicia social. La lucha de las clases subalternas contra las oligarquías económicas y burocráticas es la misma. Esta es la lucha que debe emprender la izquierda española y catalana, sin caer en las trampas de los nacionalismos. No criticamos el nacionalismo catalán en nombre del español sino en nombre de los valores de la ilustración, del Estado de derecho y de la concepción cívica de la nación. Y, por supuesto y desde la izquierda, en nombre de los intereses de las clases trabajadoras catalanas, aliadas naturales de las españolas y no comparsas de la élite política independentista.