El pasado 26 de julio murió Paco Frutos. Un amigo y un maestro. Su coherencia vital le llevó a criticar lo que consideraba un desvarió de la izquierda oficial. Su sinceridad molestó a muchos. Su posición frente al secesionismo desde una izquierda radical le honra.
En el año 2000 el Foro Babel Barcelona, que yo presidía, organizó un ciclo sobre la democracia con Irene Castells, Ferran Gallego, Manolo Monereo y María José Aubet. Fueron presentados por Francesc de Carreras, Higinio Polo, Miguel Riera y Ramón Sánchez Ramón, respectivamente.
Antes de ese ciclo habíamos traído a Paco Frutos ─he buscado entre mis papeles el cartel para dar fecha y titulo del acto pero no lo he encontrado, supongo que fue en 1999; su muerte me pilló a contrapié, Domènec me escribió contándome el fatal desenlace de la enfermedad con la que luchaba hacia tiempo, Rodrigo me lo confirmó vía email─. La conferencia tuvo lugar en el Centre Cívic del Convent de Sant Agustí, y, el tema, “la izquierda y el nacionalismo”. No hay memoria visual de aquel acto; sin embargo, no olvidaré que Paco era en aquel momento Secretario General del PCE y que tan solo vino un representante del PSUC, Ramón Luque, a la conferencia: más parecía una vigilancia que un apoyo entre camaradas. A Paco, su partido no le buscó donde dormir; venía con la maleta a cuestas y al día siguiente seguía para su casa en Calella, es decir, que durmió en mi casa. Al día siguiente, austero, salió pronto para tomar el tren.
En aquella conferencia ya dejó patente su lejanía con las posiciones de apoyo a las reivindicaciones nacionalistas que ha ido asumiendo la izquierda oficial, incluido él que era en aquel momento su partido, el PCE.
En aquellos tiempos compaginaba mi participación en Foro Babel Barcelona con la militancia en EUiA, donde volvimos a coincidir en las generales del 2000, en las que él era candidato a la presidencia del Gobierno. Yo abandoné EUiA en su Segunda Asamblea a finales de aquel año por su deriva nacionalista, mientras que Paco (debido, supongo, a sus compromisos históricos y políticos) aún aguantó unos años en el PCE.
Nos reencontramos años más tarde, desaparecido el Foro Babel y con Alternativa Ciudadana Progresista como cierta continuación de aquel. Como se puede ver en el video enlazado, la coincidencia entre nuestros planteamientos y los de Paco son prácticamente iguales.
Hubo más encuentros, en 2017, que fue un año convulso, con el nacional-secesionismo huyendo hacia delante, organizamos en abril un acto con Paco titulado “Por un proyecto de Izquierdas para España” (acto recién editado, en primicia), luego, en septiembre, el Foro de las Izquierdas No Nacionalistas convocó un acto de insumisión contra aquella ilegalidad que dieron en llamar “referéndum de autodeterminación”; allí estuvo Paco, para decir alto y claro que era necesario “recuperar el patrimonio de lucha social y política que llevamos adelante en circunstancias muy difíciles”. Criticó a “la izquierda social, sindical y política en Cataluña que está haciendo de palanganeros de secesionismo”, habló de “reconstruir conciencia de clase… de solidaridad… y de unidad obrera en toda España” y de “reformar la Constitución para garantizar los derechos enumerados pero olvidados”, y no dejó de recordar la perspectiva de una “España, republicana, federal y socialista”.
La idea de federalidad de Paco no tiene nada que ver con los federalismos que propone UP. Yo que cada día soy menos federalista y más jacobino, la suscribo.
El 29 de septiembre de aquel año Paco ante miles de catalanes constitucionalistas dijo “yo soy un botifler (traidor) a las mentiras y a las historietas que os inventáis cada día desde 1714. Soy un traidor al racismo identitario que estáis creando…soy un botifler contra el dogmatismo sectario que preconizáis e intentáis aplicar a toda la sociedad. Y, además, soy un botifler porque nunca justificaré las corrupciones. Ni las de allí, ni las de aquí»» y reclamó «vengo a hablar en nombre de la izquierda no nacionalista, suponiendo, permitidme la ironía, que existe la izquierda nacionalista«. Son sus palabras, que hago mías, pero de su presencia en aquel acto algo tengo de responsabilidad.
Coincidimos en Madrid en un encuentro de trabajo para reconstruir esa izquierda necesaria que él reclamaba. Y, finalmente, le convencí para que apadrinara un partido de nueva creación en Cataluña que, pese al sólido discurso que varios camaradas aportamos, terminó convirtiéndose en el chiringuito de unos impresentables sin ideología. Hoy me arrepiento, pues eso les permite, a esos impresentables, seguir utilizando la imagen de Paco en su merchandising y yo soy el culpable. (Claro que cualquiera podría decir lo mismo de mí.)
La misma sensación tengo con otro grande de la izquierda no nacionalista: Carlos Jiménez Villarejo, al que desde aquí le vuelvo a pedir disculpas.
Paco Frutos, en tanto que ser humano, tuvo aciertos y errores. Pero, como dice en su panegírico Rodrigo Vázquez de Prada, hizo su autocrítica, mientras otros siguen instalados en el resentimiento y el sectarismo. Paco fue un exiliado catalán en Madrid incluso siendo Secretario General del PCE. Aquí, en Cataluña, muchos son los que aún le culpabilizan de la crisis del 5º congreso del PSUC y su posterior ruptura, ignorando que las diferencias larvadas en dicho congreso ya estaban cargadas del virus del nacionalismo; en cambio, esos mismos parecen perdonar a Ribó la desaparición del PSUC como partido y ahí le tienen como Síndico del Nacional-Secesionismo, sin chistarle.
Paco tenía mala leche y seguramente le sobraban razones para ello. Mala leche que modulaba en sus escritos y arengas, dejándola traslucir sutilmente… o no. Otro grande que nos abandonó hace poco fue Juan Marsé, otro hombre de izquierdas surgido, como Paco, del mundo obrero, también con su mala leche y que alumbró a los charnegos del mundo contra las formas de explotación de los poderosos. Cada uno a su manera, ambos incómodos e imprescindibles.
Paco fue siempre coherente con sus ideales de igualdad y justicia, pero nunca dogmático: supo evolucionar para preservar lo importante de su lucha, la lucha de un comunista cabal. ¡Un abrazo amigo!
Nou Barris, Barcelona. Lunes, 27 de julio de 2020.
Vicente Serrano.
Miembro de la Junta Directiva de la asociación Alternativa Ciudadana Progresista.
Autor del ensayo EL VALOR rEAL DEL VOTO. Editorial El Viejo Topo. 2016
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