Una “huelga” (nacionalista), con apoyo institucional, que no debe apoyarse.

Artículo de Salvador López Arnal.

No hay que apoyar la «huelga» -una vaga por la lengua, según anuncian, “el catalán no se toca” añaden- que han convocado algunos sindicatos del profesorado de enseñanza primaria y secundaria. penetrados, hasta el ADN (no exagero), por la ideología y finalidades del nacional-secesionismo.

De hecho, ni CCOO, ni UGT ni la CGT convocan, pero sí apoya el Departament d’Ensenyament y el mismo gobierno de la Generalitat. ¿Otra huelga de país? En definitiva, no es una huelga, es otra movilización «nacionalista».

Para que veamos de qué va la cosa. Les copio y comento el comunicado de apoyo (traducido) de USTEC-STEs (Intersindical Alternativa de Catalunya, AIC). https://www.sindicat.net/e/1904/: “Ante las amenazas [¿amenazas?] del TSJC, que obliga a los centros educativos catalanes a impartir un 25% de currículo en lengua castellana [¡es decir, una asignatura en castellano!], USTEC·STEs (IAC) , como sindicato mayoritario de la enseñanza pública catalana y comprometido desde sus orígenes con la inmersión lingüística [¡que no siempre ha significado lo mismo, nada que ver con lo que actualmente entienden por inmersión!], nos vemos en la obligación [¿qué obligación?] de convocar una jornada de huelga [no es una huelga propiamente hablando] en defensa de este modelo lingüístico [y nacionalista], que cuenta con el consenso de toda [¿la parte es el todo?] la comunidad educativa [¡otra de las falsedades que el mundo nacional-secesionista considera una verdad axiomática!] y hasta ahora no se había cuestionado políticamente [¡mil veces se ha cuestionado y no es un cuestionamiento político (en el mal sentido del término), sino cultural, educativo, de derechos básicos de los niños/as y jóvenes!]. No queremos renunciar a la inmersión lingüística [que no se practica en las escuelas privadas, sin que sindicatos como USTEC pongan el grito en el cielo por ello] porque es el instrumento del que disponemos para posibilitar la igualdad de todo el alumnado [lo contrario es lo verdadero: genera mil desigualdades y me atrevería a señalar que quienes escriben panfletariamente lo saben], independientemente de su origen [¿de qué origen hablan? ¿Los alumnos/as de apellidos Pérez, López o García son de “otros orígenes”?]. Nos sumamos pues a la convocatoria de huelga [insisto: no es una huelga, es una «movilización de país»] del día 23 de marzo como miembros de la plataforma “Educación: pública y en catalán” [y en inglés, eso no les importa en absoluto, un gran avance «pedagógico» y de modernidad desde su punto de vista], conscientes de que el eje vertebrador de este país [aquí se les ve el plumero claramente: hablan del país nacionalista que tienen en mente] pasa por el mantenimiento del catalán como lengua vehicular [como lengua vehicular no, como única lengua vehicular, menospreciando al español, al que consideran idioma extranjero] de los centros educativos catalanes [no de todos los centros educativos, solo los de la pública y algunos concertados].”

En fin, una «vaga» nacionalista, otra más, jornada en la que muchos sectores del profesorado no-nacionalista recibirán probablemente fuertes presiones y descalificaciones. Pero muchos estarán, lo sé muy bien, «a la altura de las circunstancias». ¡No en su nombre!

Mientras tanto, colegios privados-privados como Aula, St. Peters School, las escuelas del Opus o el colegio de las esclavas de María seguirán tranquilamente su jornada laboral de siempre. También desde luego la escuela privada -que no practica la inmersión, el castellano es uno de los tres idiomas vehiculares- donde el conseller de Enseñanza lleva a sus hijos.

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