Amistad (y compañerismo) a lo largo

En memoria de nuestro querido compañero Javier Pardo recientemente fallecido (24 de enero de 2023), reproducimos el excelente y emotivo artículo que en su honor ha hecho nuestro amigo común Salvador López Arnal.

Para Francesc Xavier (Javier) Pardo Campos (1948-2023), in memorian et ad honorem.

Alegrarás la sombra de mis cejas,/ y tu sangre se irá a cada lado/ disputando tu novia y las abejas./ Tu corazón, ya terciopelo ajado,/ llama a un campo de almendras espumosas/ mi avariciosa voz de enamorado./ A las aladas almas de las rosas/ del almendro de nata te requiero,/ que tenemos que hablar de muchas cosas, /compañero del alma, compañero.
Miguel Hernández, “Elegía a Ramón Sijé” (últimos versos)

(Sobre la cita inicial: Por Javier: “compañero del alma, compañero”. También porque Miguel Hernández nos está acompañando para recordar que celebraremos un encuentro-homenaje a finales de febrero: Colectivo Juan de Mairena, “Homenaje a Miguel Hernández” Librería Byron (Barcelona), 25 de febrero, 10:30. ¡Están invitados! ¡No se lo pierdan!)

Hay amigos que nos acompañan durante años, durante muchos años. Son parte sustantiva de nuestras vidas. Nos han hecho. Nos han enseñado desde siempre, desde el momento en que les conocimos. Son compañeros, camaradas, que han sabido plantar cara en momentos difíciles, muy difíciles. Se la jugaron y se comprometieron en tiempos de silencio y resistencia al franquismo-fascismo. Trabajaron en fábricas, conocieron a la clase obrera industrial de los años setenta. Estuvieron en la formación de la federación de enseñanza de CCOO. Sentían orgullo de haber sido profesores en institutos de Santa Coloma de Gramenet. Supieron estar, con nota, a la altura de las circunstancias, nada humano les ha sido ajeno y mucho menos aquellos estudiantes de familias trabajadoras con los que organizaron decenas de iniciativas exitosas ‘Singuer Lin’ nunca olvidó el barrio colomense de Singuerlín. Son personas que nos hicieron comprender (con su saber, praxis y buena escritura) que, en la historia de la ciencia y la técnica, la técnica no es un asunto menor ni despreciable. Son amigos que han escrito magníficas novelas que da gusto leer y releer. Han sabido pensar históricamente, asunto nada fácil. Nos ayudaron a descubrir (y a leer) a maestros comunes como Manuel Sacristán o Paco Fernández Buey. Contracorriente, aislados muchas veces, no han mantenido la boca cerrada cuando hemos necesitado tenerla muy abierta y crítica. Han sido buena gente (a la Brecht, machadianamente), gente fraterna y solidaria en la que uno siempre podía confiar. Con toda la paciencia del mundo nos enseñaron que decir “España” no era lo mismo que ser un fascista o un reaccionario de extrema derecha (tampoco ser del español o tener aficiones taurinas), y que ya estaba bien de ‘Estado español’ y de ‘Sefarad’. Nunca practicaron el cinismo. Fueron conscientes, en minoría de muy pocos y a riesgo de ser incomprendidos muchas veces, que el decir y pensar nacionalistas nos acechaba por todas partes, que había que estar alertas y críticos y que lemas como “Som una nació” o “El Barça és més que un club” estaban muy lejos de ser formulaciones inocentes. (a pesar de lo que dijera su admirado Manuel Vázquez Montalbán). Formaron parte del Grup de Filosofia del Casal del Mestre de Santa Coloma, al lado de amigos comunes como Pere de la Fuente. Han sabido conservar la amistad, la cercanía y el cariño a pesar de diferencias puntuales. Fueron maestros nuestros en cursos sobre la Barcelona industrial que nos costará mucho olvidar. Nos han enseñado la importancia y buen uso de la fina ironía, no del sarcasmo destructor. La broma ha sido parte de su equipaje, de su estar-en.el-mundo. Han sido grandes lectores y, sin hacer ostentación de ello, han transmitido su pasión. Nunca han practicado el elitismo o la prepotencia intelectuales. Han admirado a trabajadores con conciencia de clase, praxis inquebrantable y gran cultura científica como Paco Báez. Ingenieros, sociólogos, profesores de historia, novelistas, articulistas, … nada que ver con la separación entre ciencias y letras, con las dos culturas incomunicadas. Encarnan, como muy pocos, el ideal que Paco Fernández Buey explicó y defendió en Para la tercera cultura. Han comentado nuestros artículos siempre con observaciones de interés y apuntando críticas francas porque entre amigos y camaradas había que hablar francamente. Han sido observadores de la realidad real, no de la realidad ficción, y no han perdido detalle. Han sido muy agudos. Nos han ayudado a razonar sin prejuicios. Nos enseñaron que “Le Temps des Cerises” era una canción de amor convertida en himno de la Comuna de París. Nos explicaron además que La Commune est en lutte era una canción que empezaba hablando de un amor “que es como deben empezar las cosas serias”, al tiempo que nos regalaban textos imperecederos sobre la Comuna parisina en su 150 aniversario [1]. Han pensado y nos han ayudado a pensar dialécticamente, teniendo en cuenta todas las aristas de los asuntos analizados, sin olvidar conflictos y contradicciones. Han sido muy conscientes (más aún en estos últimos años) de las encrucijadas de la izquierda y sus graves errores, dolor sumado a mucho dolor… y a distancia. Han sabido y nos han enseñado ir a contracorriente cuando era necesario ir contracorriente. Nos acompañaron en las dos grandes manifestaciones ciudadanas antinacionalistas de octubre de 2017. Nunca fueron partidarios de romper el demos común. Respetaron mucho a Engels (y a Marx por supuesto). Se sintieron despreciados, insultados, por las decisiones parlamentarias .Cat en septiembre de aquel año. Algunas de las mejores notas que he publicado en mi blog han sido de su autoría. Muy afrancesados, les encantaba también la música de Franco Battiato. Han sido miembros del colectivo Juan de Mairena, de Alternativa Ciudadana Progresista, de AIREs y han sido admiradores de historiadores como Gabriel Jackson, participando y alentando el homenaje que celebramos en su recuerdo. Han defendido el bilingüismo y no de boquilla sino escribiendo y hablando un excelente catalán y un castellano no menos elegante. Amigos de filósofos de la praxis, han filosofado muy bien sin ser nunca “filósofos licenciados”, alejados de las grandes preocupaciones ciudadanas. Querían participar en el homenaje a Miguel Hernández que está preparando el Colectivo para el próximo 25 de febrero (se lo dedicaremos por supuesto), Han ido siempre en serio, pero, eso sí, con mucho sentido del humor. Las notas que puntualmente nos regalaba a los amigos eran ejemplo del buen pensar y de un magnífico e inigualable escribir. Tenía estilo propio. Se han divertido, han amado, han querido, se han comprometido, nos han ayudado. Como decía, nos han enseñado, nos han hecho.

Esos compañeros, esos amigos, esos camaradas, han sido y son imprescindibles. La persona a la que está dedicado esta página es una de ellas. De él les he hablado.

Y gracias, Javier, por tu última broma, por tu ‘broma de despedida’: “El negro zumbón”, Silvana Mangano y Nanni Moretti en “Caro diario”. ¡Mejor imposible!

¡Arden, queman, duelen las pérdidas! ¡Nunca habitará en ti nuestro olvido!

Notas.

Puede leerse este artículo y otros muy interesantes en «la página herida» de Salvador López

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