Sobre el llamamiento de Fed al entente lingüístico

Carta que no pienso remitir a Federalistes (asimètrics?) d’Esquerres (nacionalistes?)

Acabo de leer atentamente vuestro LLAMAMIENTO FEDERAL POR LA ENTENTE LINGÜÍSTICA y me han quedado algunas dudas que paso a referiros.

Consideráis que la respuesta judicial al golpe de Estado postmoderno del procés ha sido “severa”: ¿acaso queréis decir que las sentencias son exageradas, ergo injustas? Si además ello ha dejado “un poso de incomprensión y desconfianza con el resto de España”, ¿qué deberíamos hacer los catalanes no nacionalistas y el resto de los españoles para ser comprendidos y recuperar esa confianza?

La cohesión de la sociedad civil es, según vosotros, consecuencia del acuerdo sobre la lengua catalana, llèngua pròpia; la otra, la de la mayoría de los catalanes, es impròpia, y a las pruebas me remito. ¿Tenemos derecho al uso normal y recíproco del español en la escuela y todas las relaciones con la administración? Parece que no, al menos desde la Llei 7/1983 y toda la normativa posterior sobre el tema. ¿Puede existir cohesión y convivencia en igualdad sin equidad?

Más adelante os referís a nosotros como “los otros catalanes”. ¿Interpreto bien la diferencia que hacéis entre nosaltres (els catalans de debó) y els altres (sin ciudadanía plena)? A los altres catalans o colons del franquisme no es que se nos haya expulsado de la catalanidad, sino que en el imaginario de esta región, no sólo a partir del procés, hemos sido excluidos de la ciudadanía plena.

Utilizáis el argumento falaz del enfrentamiento entre dos nacionalismos: ¿no os habéis apercibido de que la inmensa mayoría de los altres catalans rechazamos por igual el nacionalismo central y el periférico?

En cuanto al intento “a veces de arrinconar el castellano”, ésta no es la cuestión; la lengua española, con más de 500M de hablantes, seguirá gozando de buena salud a pesar del nacionalismo local. El problema es que de forma sistemática se conculcan los derechos lingüísticos de los catalanes hispanoparlantes que viven, trabajan y pagan sus impuestos en Cataluña. Y la lengua no vehicular es de facto, como se está demostrando, ocasional o simplemente ignorada. ¿O no? Tenéis razón en esto, no se trata sólo de los derechos de los hablantes en catalán, sino también de los derechos de los hablantes en español, de los cuales parecéis haberos olvidado.

Insistís en el tópico falso de la escuela catalana como model d’exit , pero ¿os habéis fijado en los resultados de las pruebas Pisa o en las tasas de abandono escolar comparadas con otras CC.AA.?

Hablar de criterios pedagógicos en genérico y no decir nada es lo mismo. ¿No son criterios pedagógicos en todas partes (menos en la escuela catalana) la neutralidad ideológica y la impartición de las enseñanzas básicas en lengua materna como garantía del éxito académico y la formación de una ciudadanía libre?

En cuanto a la presencia/oficialidad del catalán en organismos suprarregionales habrá que atenerse a las correspondientes normativas, o cambiarlas de acuerdo con los procedimientos correspondientes.

Para acabar, una perogrullada contra el manido tópico de la “judicialización” de la política, la justicia sólo admite a trámite aquello de lo que hay indicios de delito según la legislación de nuestro Estado de derecho; ¿pretendéis que los políticos estén por encima de las leyes?

Saludos

José F. Simón

Maestro Jubilado de la Escuela Catalana