En Cataluña estamos acostumbrados a que el PSC ponga el huevo en la exclusión de los derechos de los castellanohablantes y cacaree en las montañas nacionalistas de Montserrat. Mienten todos los días: En Cataluña no hay colegio público o concertado alguno donde se pueda estudiar en castellano. En Cataluña se multa por rotular el letrero de tu comercio sólo en castellano, en Cataluña los medios de comunicación públicos excluyen al castellano de su condición de lengua oficial. Pero Montilla y sus consejeros, Carod Rovira y los nacionalistas convergentes lo niegan. Tremenda paradoja: la exclusión que han planifican al detalle y la exclusión real que ejercen contra la lengua castellana, las niegan. Es difícil metabolizar la impostura, el cinismo, la mentira a secas. Pero cargas con la rueda de molino. No hay otra. Que lo hagan quienes viven del negocio nacional, es una cosa; pero que defienda la impostura el presidente del Estado, es algo más, infinitamente peor, inaceptable.
Quienes sufrimos esta dictadura blanca siempre hemos pensado que esta limpieza lingüística descarada y este racismo cultural encubierto han sido posible porque los responsables del Gobierno español lo han permitido. Ahora lo sabemos; Rodríguez Zapatero defiende la inmersión, justifica que no se pueda estudiar en castellano en Cataluña, chulea al director de El Mundo, P.J.Ramírez retándole a que le traiga una sola sentencia que demuestre que no se puede estudiar en castellano en Cataluña y se desentiende de los derechos lingüísticos de millones de españoles. Tan frio y distante como el mayor de los nacionalistas. ¡Y a este señor le votan millones de españoles con cuyos derechos mercadea el apoyo, para seguir en el poder!
P.J.Ramírez : "Puede usted llamar ahora al Presidente Montilla y pedirle que nos envíe una relación de centros en los que sea posible escolarizar a un niño en castellano en Cataluña? Esa relación no existe". José Luis Rodríguez Zapatero: "¿Puede usted poner encima de la mesa alguna sentencia que diga que algún ciudadano ha visto vulnerado su derecho a educar a sus hijos conforme a los criterios de la Constitución?".
No les importa un pimiento los derechos de los españoles marginados por los nacionalistas; se muestra arrogante, sin un ápice de interés por la suerte real de millones de españoles abandonados a su suerte. No considera la pregunta del periodista. ¡Qué miserable actitud! ¡Ni siquiera duda! No titubea. Sabe con quién está. Esa mente fría, ese corazón de hielo, es peor que la mentira indirecta con la que chulea al director de El Mundo y nos trata de engañar al resto de españoles. Porque miente, miente sabiendo que lo hace. Ciudadanos ha presentado tres sentencias en el Gobierno Civil de Barcelona con destino a la Moncloa donde lo deja con una nariz más grande que la muleta de palo de un pirata: En el 2006, un auto del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña emitido el 27 de enero obliga a la Administración educativa catalana a garantizar a unos padres que su hijo pueda recibir enseñanza en lengua castellana mediante atención y soporte individualizado en el 2º curso de educación primaria en todas las áreas de conocimiento. Está recurrido.
Así mismo dos sentencias del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, una del 14 de septiembre de 2004 y otra del 14 de noviembre de 2005, declaran "la obligación de la Administración educativa de adoptar las medidas necesarias para que en el modelo oficial de preinscripción se pregunte por su lengua habitual a los padres o tutores de los niños preinscritos en los cursos escolares en centros sostenidos con fondos públicos, antes del inicio de la matriculación, a fin de poder hacer efectivo su derecho a recibir en aquella la primera enseñanza, lo que resulta conforme con la doctrina sentada por la Sentencia del Tribunal Constitucional 337/1994 y por las sentencias del Tribunal Supremo de 13 de julio de 1995 y 17 de abril de 1996". No se puede estar sonriendo siempre a todo el mundo. A uno u a otro le está engañando.
Mientras tanto, el gobierno pseudoindependentista que sostiene en Cataluña acaba de decretar la reducción de 3 a 2 horas semanales de las lenguas y literaturas catalanas y castellanas, así como dejar a la filosofía de primero de bachillerato con una hora menos y mayor temario. En el primer caso, se pretende que el aprendizaje de la lengua se convierta en algo transversal; es decir, a través del uso en todas las asignaturas. Se les entiende todo. En el segundo, se trata de reducir la única asignatura especialmente dotada para alimentar el espíritu crítico, autónomo y libre de los ciudadanos. En último caso, pierden las materias comunes frente a las de modalidad.
Antonio Robles
Libertad Digital (16.01.2008)