El sueldo base es de 170.000 euros, pero se pueden alcanzar los 900.000 euros al año con horas extras | La ampliación voluntaria de horarios dispara los costes a cifras desorbitadas | Una diplomatura y un buen nivel de inglés permiten acceder al selecto club
Conchi Lafraya – Madrid.- ¡Quiero trabajar de controlador aéreo! Esta es una de las frases que más se escuchan estos días en muchas oficinas, entre bromas y risas, tras descubrir el ministro de Fomento, José Blanco, que el sueldo base es de 170.000 euros, pero se eleva de media a 334.000 euros anuales gracias a las horas extras. Para pertenecer a este selecto club, compuesto en estos momentos por 2.401 funcionarios que trabajan para Aena, hay que contar con una diplomatura y un buen nivel de inglés. A la hora de acceder a una plaza, es necesario aprobar una oposición, que consiste en un examen escrito, otro psicotécnico y una entrevista personal.
Tras superar esas tres fases, se accede a un periodo de formación de 18 meses, impartido por las escuelas de Servicios y Estudios para la Navegación Aérea y la Seguridad Aeronáutica (Senasa), cuya beca oscila entre 300 y 500 euros en función de si el futuro controlador es de Madrid o de fuera. Pasado este tiempo, al nuevo contratado se le asigna un puesto en un centro de control o en una de las 48 torres que hay en los aeropuertos españoles. En España, existen cinco centros de control, ubicados en Madrid, Barcelona, Sevilla, Canarias y Palma de Mallorca. Además, en Valencia hay un centro de control de área terminal.
Antes de acceder al empleo, otro requisito imprescindible es pasar un reconocimiento médico aeronáutico de clase tres, que cada año se repite y se tiene que superar, de igual forma que les sucede a los pilotos. La última convocatoria para acceder a uno de estos puestos data del 2006. Se seleccionó a 120 personas, que se dividieron en tres promociones, de las cuales todavía dos se encuentran en procesos formativos.
Hasta ahora, había que dar todos esos pasos para entrar al cuerpo de controladores español. El pasado mes de octubre, se aprobó el real decreto 15/16-2009, que introducirá cambios en la fórmula para acceder a uno de estos puestos, ya que se quiere fijar una licencia única europea con pruebas homogéneas para todos los países europeos. Se espera que haya modificaciones.
De los 2.401 controladores que componen la plantilla española, un 30,6% son mujeres (734) y un 69,4% hombres (1.667). La media de edad es de 44,3 años y entre ellos hay ingenieros, abogados, médicos, maestros, licenciados en Historia, etcétera. Lo normal es que se jubilen a los 65 años, pero existe la posibilidad de prejubilarse a partir de los 55.
La jornada laboral cambia en función de cada aeropuerto y del tráfico que soporte, pero lo normal es que se rijan por turnos rotatorios. Es decir, el primer día corresponde turno de mañana (7 horas), el segundo día toca jornada de tarde (7 horas) y el tercero, de noche (10 horas). Después, dos o tres días de descanso.
El convenio fija un máximo de 1.200 horas de trabajo al año, pero permite prolongar la jornada hasta 48 horas al mes. La ampliación voluntaria de horarios hace que se trabajen más de 1.700 al año y los sueldos de los controladores se disparen.
Según el ministro de Fomento, José Blanco, esas horas extras «se pagan a precio de oro». Hay 713 trabajadores que cobraron entre 360.000 y 540.000 euros en el 2008. 135 ingresaron más de 600.000 euros y 28 cobraron 700.000 euros. Es más, alguno llegó a recibir 900.000 euros en el 2008 «por acumulación de horas extraordinarias». «¡Ciento cincuenta millones de las antiguas pesetas!», exhortó Blanco. Y es que el precio de cada hora extra sale de una fórmula retributiva que cambia en función de su salario base, que se establece según la responsabilidad de la carga de trabajo de cada centro.
Andrés Torrecillas, director de operaciones de gestión del tráfico aéreo en Madrid, que lleva 31 años ejerciendo esta profesión, no se atreve a decir qué es lo mejor y lo peor del trabajo, «porque a mí me entusiasma», pero reconoce que «exige mucha concentración ya que se dirigen naves con cientos de pasajeros dentro y cuando hace mal tiempo o hay tormentas es muy complicado. Los pilotos se salen de las rutas preestablecidas para evitar las nubes y resulta más difícil planificar el trabajo».
Según Torrecillas, un controlador puede llegar a gestionar las rutas de 5 o 6 aviones a la vez cualquier día de trabajo, por ejemplo, en Madrid o Barcelona. Los turnos se establecen con 90 días de antelación, con lo que cada empleado puede planificar de antemano su vida personal y decidir las horas extras que hará.
Fomento sostiene que los sobrecostes laborales han generado un déficit de 300 millones en el 2009, que hay que resolver para iniciar la privatización parcial de Aena, ya que las empresas no entrarán con esta rémora.
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¿QUIÉN MIENTE?
*FOMENTO
. Los controladores suponen un gasto de 781 millones para Aena, lo que representa el 78% del coste de navegación aérea.
. Los controladores españoles cobran casi el triple que los británicos.
. El convenio se firmó en 1999 y caducó en el 2004. Desde entonces ha habido sucesivas prórrogas. Fija un máximo de 1.200 horas de trabajo al año y el resto son horas extraordinarias.
. La dirección ha presentado una propuesta que persigue aumentar la jornada laboral base para reducir las horas extraordinarias y bajar su precio.
. A partir del 1 de abril no se podrá recurrir a las horas extras para gestionar las operaciones porque concluye el pacto que se fijó para la extensión de la jornada laboral.
. El endeudamiento de Aena ha pasado de 2.682 millones en el 2003 a 12.700 millones en el 2009 por las inversiones en infraestructuras.
*UNIÓN SINDICAL DE CONTROLADORES AÉREOS (USCA)
. En los últimos años, los controladores españoles han trabajado un 40% más de horas que sus compañeros europeos.
. En ruta, la productividad española es entre un 40% y un 60% superior, mientras que en terminal sí que es inferior.
. Los costes (sueldos) por hora controlada son entre un 10% y un 15% menores que en el resto de países.
Los controladores españoles ganarían entre un 60% y un 70% menos que los europeos haciendo las mismas horas que estos.
La Vanguardia (18.01.2010)