Los más de tres mil padres vascos agrupados en la Plataforma por la Libertad de Elección Lingüística hicieron ayer oír su voz ante el Parlamento de Estrasburgo a través de sus portavoces, que se desplazaron a la Eurocámara para entrevistarse con un nutrido grupo de diputados de distintas nacionalidades a los que detallaron la situación «delirante» que se está viviendo a la hora de escolarizar a los niños en el País Vasco, donde acaba de ser liquidado por decreto (en concreto, por el decreto 175/2007 del Gobierno de Ibarretxe) el modelo de las tres líneas que hasta ahora ha permitido a los ciudadanos optar por una educación en castellano, en euskera o mixta de las dos lenguas.
En su intervención ante una treintena de parlamentarios del Grupo Popular Europeo ( el más numeroso de la Cámara, con 288 representantes), la portavoz de la Plataforma, Susana Marqués, puso un ejemplo muy gráfico que dejó al desnudo la situación en toda su crudeza. «¿Se imaginan ustedes -dijo a los eurodiputados- que a una familia residente en Bayona se le impidiera escolarizar a sus hijos en francés y sólo pudieran hacerlo en euskera?»
Los más de tres mil padres vascos agrupados en la Plataforma por la Libertad de Elección Lingüística hicieron ayer oír su voz ante el Parlamento de Estrasburgo a través de sus portavoces, que se desplazaron a la Eurocámara para entrevistarse con un nutrido grupo de diputados de distintas nacionalidades a los que detallaron la situación «delirante» que se está viviendo a la hora de escolarizar a los niños en el País Vasco, donde acaba de ser liquidado por decreto (en concreto, por el decreto 175/2007 del Gobierno de Ibarretxe) el modelo de las tres líneas que hasta ahora ha permitido a los ciudadanos optar por una educación en castellano, en euskera o mixta de las dos lenguas.
En su intervención ante una treintena de parlamentarios del Grupo Popular Europeo ( el más numeroso de la Cámara, con 288 representantes), la portavoz de la Plataforma, Susana Marqués, puso un ejemplo muy gráfico que dejó al desnudo la situación en toda su crudeza. «¿Se imaginan ustedes -dijo a los eurodiputados- que a una familia residente en Bayona se le impidiera escolarizar a sus hijos en francés y sólo pudieran hacerlo en euskera?»
Además, ilustró a los miembros de la Eurocámara sobre las iniciativas legislativas del Gobierno autonómico que han dado lugar a esta situación y quiso hacerles también partícipes de que esta vulneración del derecho de los niños a recibir la enseñanza en su lengua materna no sólo se está produciendo en el País Vasco, sino también en otras comunidades con lengua cooficial como Cataluña, Galicia o Baleares. Así se dio un paso más en la determinación de los grupos cívicos con parecidas reivindicaciones que han surgido en varias autonomías de hacer causa común y sumar esfuerzos.
Marqués comentó que los eurodiputados habían recibido «muy bien» su exposición «y se han comprometido a impulsar cuantas iniciativas sean posibles para impedir esa exclusión del castellano de las aulas vascas». Además, explicó que «no se trata de un problema entre españoles, ni de una cuestión simplemente de lenguas, ni de nada que obstaculice a las lenguas minoritarias. Se trata de que se está vulnerando un derecho fundamental, el derecho de los niños a aprender en castellano, y así lo han entendido también los miembros del Parlamento». Otro de los portavoces de la Plataforma, Pablo Gay-Pobes, relató «el asombro de un eurodiputado griego casado con una española ante el hecho de que sus hijos, escolarizados en castellano en Bruselas, no tendrían esa opción en algunas zonas de España». Como colofón «nos han pedido más información por escrito y hasta se plantean visitar el País Vasco para comprobar «in situ» lo que denunciamos».
Las peticiones de los padres fueron inmediatamente respaldadas por el vicepresidente del Grupo Popular Europeo, Jaime Mayor Oreja, quien les brindó su apoyo y dijo que el decreto del Gobierno vasco que liquida el castellano es una de los aspectos «más sangrantes de la ofensiva nacionalista que está en marcha desde hace tiempo». También abogó por buscar todos los apoyos posibles para esta causa «porque éste no es un tema para hacer política, sino para defender el derecho de los padres a educar a sus hijos en su lengua materna».
ABC (09.07.08)