El pregón y el pregonero

Asistí por segunda vez en mi vida barcelonesa a uno de esos festejos del Ayuntamiento, en este caso por la Mercè, para escuchar de viva voz y entre el personal egregio y variopinto que suele asistir a estos actos como quien va al Liceu o al Palau. La primera vez que fui, tuve un incidente con el servicio de protocolo por el trato despreciativo que mostraban hacia unos brigadistas, más que ancianos, que habían venido de EE.UU. y Canadá, para ver Barcelona por última vez. Ellos que habían arriesgado su vida por la democracia, se encontraban a unos desdeñosos funcionarios. LEER MÁS

La doble humillación (1)

El partido más corrupto de España ha ganado las elecciones. Esos caballeros que saquearon España antes, durante y después de la burbuja han sacado pecho. Ese españolísimo, “aquí roban todos”, es nuestra marca del siglo, y debió de nacer en Catalunya, me temo, aunque sólo fuera porque tuvieron un presidente con tal desparpajo que cuando le descubrieron como delincuente apeló a las masas y ellas le dieron el aval de que a partir de aquel momento sería la medida de la honradez en política.

Payasos ansiosos de fronteras

Se acuerdan? Adorábamos a los payasos de los circos, incluso a los malos. Eran nuestros actores favoritos. Otra profesión que se fue muriendo, o deteriorando. Ahora “el payasaje” está dominado por la política, y no hace ninguna gracia. Posiblemente tendremos la clase política más incompetente de Europa ¡casi nada! Hay que poner el listón muy alto para alcanzar tal hazaña. Está demostrado. Antes había una Catalunya. Ahora hay dos, y se ríen y se divierten porque una corresponde al 47,8% de la población y la otra al 52,2%. Como es poco probable que los de TV3% hagan el mínimo esfuerzo LEER MÁS

¿Casta o costra? Un documental

Clicar sobre imagen para ver trailer SABATINAS INTEMPESTIVAS Nosotros no sólo tenemos un problema con la casta política, que nos apelmaza con su soberbia, su corrupción y su impunidad, sino con la costra que han ido creando a todos los niveles de la administración, ya sea central o autonómica, hasta abarcar las zonas más comunes de la ciudadanía. Nos formamos, es un decir, contra la Dictadura y nos hicimos mayores en la gran burbuja de la Transición. En otras palabras, nos sirvió de muy poco el pasado y nos ha dejado desmantelados el presente. Hay que ver el documental titulado LEER MÁS

El odio. Conversaciones en Lyon (2)

Integración e identidad. O identidad e integración. No es banal el orden de los factores Era una anécdota o una categoría? El hecho de que aquella misma mañana en Lyon llegara al edificio de Correos un “disminuido físico” y enseñara su carnet para permitirle saltarse la cola, lo que provocó la indignación de un musulmán. Eso, ¿se podía considerar una anécdota que tenía por protagonista a un creyente mal educado o iba más allá? Aún no se habían producido las matanzas de Charlie Hebdo y la tienda kosher. Aquella manera de gritar insultando a los que permitían que alguien -evidente LEER MÁS

Dos puntitos nada más…,

SABATINAS INTEMPESTIVAS Hemos perdido de tal modo los papeles que no sabemos si nuestra misión consiste en mentir o en no decir la verdad “Dos puntitos nada más”. Así valoraba el indescriptible Duran Lleida la victoria de Esquerra Republicana sobre Convergència i Unió, ese partido en régimen de concubinato que, aseguran, gobierna en Catalunya. Les habían sobrepasado en “dos puntitos nada más”, como si se tratara de Antonio Machín y aquellas dos gardenias con las que se quería decir “te quiero, te adoro, mi vida”.

Elecciones para siervos

SABATINAS INTEMPESTIVAS No creo que haya habido en la historia de la democracia española postfranquista unas elecciones tan alucinantes como estas. No es sólo que a la ciudadanía le importe un comino si ese yogur caducado, que responde al nombre de Cañete, va a salir con los votos disciplinados de su militancia. O si elevará al Olimpo de la mediocridad a la secretaria de Rubalcaba, una trapecista que parece a punto de jubilarse del circo de Manolita Chen en el que se ha convertido su partido. ¿Alguien puede pensar que tales cadáveres políticos pueden ser creíbles? ¿Cabe en cabeza humana, LEER MÁS

Tiempo de patrañas

Es verdad que nos matan los cánceres y la mala vida y los hábitos poco saludables, pero he llegado a la conclusión de que sobre todo nos mata el ambiente. No lo digo sólo por la mierda que respiramos, por la ciudad cada vez más invivible, por la lectura de los periódicos y esa desazón que nos dejan y que nos puede durar hasta la noche. Esta sociedad quema por dentro y por eso luego viene el bueno de tu médico para precisarte que te ha salido no sé qué y que además es maligno. Cualquiera que tenga mi edad, LEER MÁS

Vigencia de Don Antonio (y 2)

Los grandes son difíciles de clasificar, porque no son uno ni dos, sino muchos y con ángulos muy variados. ¿Qué fue Antonio Machado? ¿Poeta tradicional con tendencia al verso aconsonantado, un sevillano melancólico que nunca volvió a su tierra, una persona afable que no hacía demasiado caso a los alumnos que se burlaban de él, un cronista intelectual de una época, un pensador escéptico en un momento de creencias incontrovertibles?

Vigencia de Don Antonio (1)

Hace tres meses entregué a Editorial Planeta un libro que aparecerá próximamente. Diez años de mi vida. Tiene un título largo, tanto como el texto; un centón de páginas: El Cura y los Mandarines. Cultura y política 1962-1992. Historia no oficial del Bosque de los Letrados. En él figura un relato evocador de la figura de Vicente Aleixandre, el referente por excelencia al pasado poético de una generación destrozada por la Guerra Civil. Sumaba Aleixandre, amén de una sensibilidad y educación insólita en aquellos años impregnados de cólera, una dignidad de intelectual responsable, acosado por su inequívoca homosexualidad en un LEER MÁS

La gastronomía y la burbuja

Hay casualidades llenas de vida que discurren en torno al flagelo de la muerte. El domingo fallecía Gabriel Axel, un director de cine danés apenas conocido entre nosotros de no ser por El festín de Babette (1987). Una obra maestra basada en la narración de Karen Blixen que obtuvo un Oscar a la mejor película extranjera, pero que ni por esas pasó en España de 200.000 espectadores. Usted vende 200.000 libros y se hace rico; consigue 200.000 espectadores y se arruina.

Un oficio de alto riesgo

Lo había decidido. Dedicaría mi sabatina al angélico aquelarre del PP en Valladolid. Empezaría animando a los lectores. ¿A ustedes quién les provoca mayor irritación: escuchar a María Dolores de Cospedal, en su media lengua de pija irredenta diciendo banalidades con descaro, o Joaquín Homs, el Quicu, vendiéndole mentiras como motos que ni él mismo se cree? Dudo mucho que el Quicu crea en algo que no sea su supervivencia de palanganero, convencido de que la gente es más tonta que él, algo que comparte con la señora Cospedal y ese marido, dentro de toda sospecha, que se sienta en LEER MÁS

Un libro para sumergirse

Quizá la gente encuentre cada vez nuevos motivos para no leer libros –no digo ya, periódicos–. No es que se los invente, porque están ahí, al alcance de todos, entre simples aparatos que reproducen y “te bajan” nada menos que Ana Karénina resumida, hasta ese descubrimiento para la distracción que son las series de televisión, convertidas ahora en referencias “de culto”.

Lo público y lo privado

  La Edad Cínica. ¿Cómo nos designarán dentro de medio siglo, cuando de nosotros sólo queden los restos de una época? Igual que existen profesionales dedicados durante media vida a dar nombre al pasado y bautizar un tiempo como “Edad Media”, o “Siglo de Oro”, o “de Plata”, o “de Hojalata” –este aún sigue huérfano y hasta podría tocarnos, porque al fin y al cabo no es más falaz y estúpido que decir “generación del 98” o “del 27”–. ¡Generación de la Hojalata! Quizá suena a poco académico, pero no está mal como definición; tiene su sentido del humor y LEER MÁS

¿Qué es un criminal de guerra?

Nosotros tenemos un modo peculiar para calificar a los criminales de guerra. Siempre está basado en un perdedor. Puede haber ganado batallas, estar considerado un héroe por una parte notable de su pueblo fanatizado, pero al final resulta que ha perdido la última pelea ante un enemigo más poderoso y todas las glorias de antaño se reducen a filfa. No es una cuestión moral ni ética, es algo que se dirime entre estar con los ganadores o con los que han perdido. Un ejemplo: ¿por qué Mussolini, de haber sobrevivido a la brutal ejecución, hubiera sido juzgado como “criminal de LEER MÁS

Publicidad, moda y cultura

La manera más eficaz de torpedear una discusión se reduce a una cosa tan simple como exigir definiciones. Lo he vivido hasta la saciedad y era una práctica académica muy usada para evitar los compromisos. Es decir, que hace un porrón de años a usted se le ocurría exigir un comportamiento digno frente a la dictadura y a favor de la libertad, y siempre salía un egregio catedrático o aspirante que pedía, antes de seguir adelante, que definiéramos “qué entendíamos por libertad”. A partir de aquí era imposible seguir, salvo en el terreno que algunos llamaban “de las ideas”, donde LEER MÁS

La banca, a veces, mata

El último muerto bancario del 2013 sucumbió en día tan significado como la Nochebuena. Era valenciano. De haber sido catalán probablemente hubiera esperado unas horas para cumplir con el ritual de la Navidad. Se llamaba Julio Miralles Tatay, 39 años, policía municipal. Se mató sobre las cinco de la tarde en una celda de la cárcel de Albocàsser, Castellón, por un procedimiento que no debe tener precedentes: se ahorcó con un mocho de fregona y un hilo para la limpieza dental. La escena debió ser brutal porque medía casi dos metros y pesaba cien kilos. Con toda seguridad desconocía que LEER MÁS

¡Adiós, año grotesco!

Era costumbre añeja en las fiestas navideñas que cuando se levantaba la primera copa para el brindis, la señora de la casa, con el peso que le daba la experiencia del pasado que nadie mejor que ella representaba, dijera unas palabras rituales: “Porque el próximo año sea al menos como este”.

Para médicos y gente sensible

Cuando la realidad se vuelva áspera, insufrible en su estupidez, no nos queda otra opción que la literatura. No es precisamente un bálsamo, pero ayuda. Antiguamente, es decir, hace unos años, la gente leía en las tardes de invierno, incluso del verano, y sorprendentemente para nuestros ojos de consumidores de imágenes pautadas en segundos, se mantenían fieles a libros de verdad; algunos incluso de muchas páginas. Y, les gustaran o no, tenían un cierto criterio; gracias a esta milagrosa incertidumbre se desarrolló la novela. Ahora si alguien no sabe qué hacer de su tiempo libre, enciende el televisor y se LEER MÁS

Mandela o la apropiación indebida

¡Vaya espectáculo para estómagos fuertes! Los poderosos del mundo repartiendo rosas verbales sobre el cadáver y la historia de un hombre que representaba todo lo contrario de lo que ellos piensan, cumplen y ejecutan. A eso se denomina permitir que el perro orine sobre la tumba del héroe. Un ejercicio de larga tradición en el mundo político, que no tendría nada que envidiar a una reunión de banqueros felicitando al hombre que ellos arruinaron y ayudaron a morir. Restos para los carniceros de Estado. Implacables personajes que por un momento tienen su instante de gloria, el único quizá para explayarse LEER MÁS