Ya se puede asegurar, por más que estemos a la mitad, que nadie olvidará este verano de 2012. Una sensación que quizá nunca había flotado con tanta fuerza en una sociedad que creía haberlo vivido todo: el desamparo. Esa conciencia de estar en manos de gente mediocre, incompetente, que no sólo no sabe lo que se trae entre manos, sino que parecen vivir en otro mundo. Y posiblemente sea así. Torpes como mentirosos, malos como improvisadores. Los payasos no hacen gracia y los caballeros apestan.
Categoría: Gregorio Morán
Márquez Reviriego en vivo
Lo primero que debo precisar es que este artículo está muy lejos de ser una necrológica. Víctor Márquez Reviriego es mayor pero goza de una salud andaluza, que consiste en quejarse poco, disimular los achaques con un chiste y darle gracias a los dioses que se ocupan de los ateos por tener el privilegio de caminar por este mundo de mierda sin mancharse los bajos del pantalón. ¿Y quién es Víctor Márquez Reviriego? Pues se lo voy a contar porque merece la pena que lo sepan.
Como un pez habla a un pájaro
En tiempos de zozobra la modestia se convierte en paisaje. Fíjense en las librerías, por ejemplo. Ya sé que está mal decirlo, porque los libreros aún conservan ese aire orgulloso de trabajar con la cultura, pero el modelo Zara, tan exitoso, lo ha empapado todo. Incluso el mundo del libro, y es lógico; cuando la gente del negocio se arruga adopta las fórmulas que le parecen garantizadas. Antes era privativo del mundo del cine.
Las leyendas se oxidan (y III)
No conozco ningún hecho histórico o historia nacional que no admita contarse de dos maneras. Para niños crédulos o para adultos sin prejuicios. La gente, en general, prefiere siempre la primera versión. En Asturias la hegemonía conservadora, que algún sarcástico podría situar ya en tiempos de Don Pelayo, sufrió un serio quebranto durante la transición. De pronto la izquierda dominaba, o lo parecía. Es verdad que la cúpula socialista asturiana poco tenía que ver con el pasado, procedía en buen parte, primero, de la extrema izquierda radical y católica, luego de la élite militante del PCE, masacrada y humillada LEER MÁS
Las leyendas se oxidan (II)
Así son las leyendas, se oxidan y hay que describirlas con su moho y su herrumbre de época Resulta extraño escribir sobre Asturias en un periódico que desde hace meses ya no se puede comprar en los quioscos asturianos, pero quizá sea esta una de las singularidades del periodismo en el que nos adentramos: dirigirnos a gente que cada vez está más distante de nosotros. Recuerdo que tras una serie anterior dedicada a Asturias, un letrado asturiano, votante socialista, me manifestó que tenía la sensación de que eran la consecuencia de quien había pedido algo y no se lo habían LEER MÁS
Las leyendas se oxidan (I)
“Mi bisabuelo se sublevó en el 34, mi abuelo en el 36, mi padre en el 62, y yo ahora, cincuenta años más tarde” Si los dioses caducan, cómo no iban a oxidarse las leyendas. Si es verdad que Asturias, “en algunas ocasiones” –como dice la canción– traspasó la realidad y alcanzó el mito, se ha ido al carajo de esa manera entre faltona y zafia con la que acaban los sueños cuando se posan en los más tontos del lugar. No es que haya más o menos idiotas que en cualquier otra autonomía, la diferencia está en el lugar LEER MÁS
Verdades que cuesta aceptar
Lo dramático en nuestro caso no es que tengamos una clase política golfa e incompetente, cosa que ya sabíamos de antiguo. Lo que nos ha dejado de un pasmo es descubrir que además no es seria. Usted puede admitir que un registrador de la propiedad le dé al frasco, o a la rayita, vaya de señoras por las noches, sea ambidiestro, se escaquee en el despacho, tenga una cierta querencia hacia los juegos de azar, en fin, todo. Lo único que no consentiría usted ni nadie es que cuando prepare los documentos y firme los pliegos, lo que ahí está LEER MÁS
Pasear al perro de la memoria
No creo que el título sea bueno. Contra la memoria (Debate). Pero el libro de David Rieff es un vivero de reflexiones, apuntes, citas de autoridad –quizá demasiadas–, que lo convierten en lectura imprescindible en un país como el nuestro, donde la memoria se ha convertido en piedra angular de todas las estupideces imaginables. Somos una sociedad tan frívolamente desmemoriada que cuando a alguien se le ocurre recordar, en lo primero que piensa es en montar una asociación, recurrir a sus ancestros para exigir subvenciones o escribir una novela.
Foto de época con niños
Suena a pedantería, pero a veces el cine expresa un condensado de la vida. Como esas fotos en las que si uno se fija acaba encontrando de todo, desde lo banal hasta lo trascendente. Uno de los milagros más difícilmente explicables de la imagen se reduce a una pregunta imposible: por qué una foto en blanco y negro dice más que otra en color.
Autopsia de periodista en transición
Al Guti se atribuía una de las historias más demoledoras del socialismo felipista, el caso Roldán Si hay tipos nacidos para la gloria, un consejo para sus madres; si pueden escoger, mejor que den a luz fuera de España. Aquí lo tendrán jodido. No se trata de una maldición, ni de la leyenda negra; es algo más sencillo. Somos pocos, con mucha historia y demasiada mala baba. La madre de José Luis Gutiérrez Suárez, más conocido por el Guti, periodista, no creo que tuviera otra posibilidad que parir en Busdongo.
Bien.¿O te lo cuento?
Nunca es demasiado tarde para ir al psiquiatra. A estas bajuras de mi vida considero que no haber ido nunca a un psiquiatra ni al psicoanalista es una limitación. Me hubiera venido muy bien esa experiencia para afrontar lo evidente. Los amigos psiquiatras que he tenido fueron siempre demasiado amigos, o sea, que tampoco me atreví nunca a cruzar ese umbral que es pasar de ser colega a paciente. También, todo hay que decirlo, en algunos casos estaban mucho más tocados del ala que yo, con la diferencia de que ellos no parecían darse cuenta. ¡Qué podía decirle yo al LEER MÁS
Los misterios de la información
Desde que a los sabios de la aldea les ha dado por llamar relato a la realidad, estamos metidos en un laberinto de la imaginación –¡qué metáfora más guapa!–. Cuando leemos no es para enterarnos, y cuando sabemos algo no es porque lo hayamos leído. La información de diseño es flácida, como los relojes de Dalí.
Demasiados cristales rotos
A mí me gustaría que mañana ganara François Hollande. Por muchas razones. La primera y principal porque sería una manera de frenar esa derecha arrogante, presuntamente técnica, con experiencia bancaria, es decir, que ha robado a la ciudadanía con la complicidad del Estado, impunemente. Probablemente los tiempos sean muy crueles con nuestra incapacidad para el análisis, pero quizá pronto alguien demuestre que en el fondo la diferencia más notable entre Angela Merkel y Silvio Berlusconi se limita a inclinaciones sexuales, no a la ideología. Ambos creen en los mismos dioses. Una es tímida y el otro exhibicionista.
Cuando éramos chinos
Creo que en toda mi infancia no alcancé a ver un chino de verdad. El único chino con el que estábamos familiarizados todos los chavales del colegio era un tipo odioso que tenía por mal nombre Fu-Man-Chú, y que protagonizaba unas películas en blanco y negro, horrorosamente malas. Las ponían con frecuencia los domingos por la mañana, después de la misa, y hacían las veces de introducción a la película principal, una especie de No-Do sobre la perversidad oriental. Como formábamos un rebaño hirsuto en espera de un destino en lo universal y nunca se sabía qué cinta iban a LEER MÁS
‘Por senderos que la maleza oculta’
No se dejen engañar. Sant Jordi es una fiesta preciosa, con las rosas, los libros, las banderolas, los tenderetes en las calles, la insólita alegría… A mí me encanta Sant Jordi, pasear por una ciudad que al menos un día parece el París del Primero de Mayo de antaño, con su muguet y su alegría popular sin ofender a nadie. Los festejos deportivos siempre se hacen contra alguien. Reconozco que nunca hice esa especie de servicios de “señora amable”, a una hora por librería; darle al palique, firmar un libro y que pase el siguiente. A mí me gusta Sant LEER MÁS
El griego insolente
Si Dimitris Christoulas tenía 77 años cuando se suicidó en la plaza Sintagma, con toda probabilidad había nacido en 1935. Por tanto vivió de niño la ocupación nazi y la larga guerra civil que la siguió, de la que nosotros apenas sabemos nada. En España abundan los helenistas antiguos, al menos en las universidades, casi se diría como un residuo del catolicismo bíblico heredero del cardenal Cisneros, por más que se ocupen de los presocráticos, de traducciones actualizadas de Homero, o de comentarios apasionantes, “escolios” se hubiera dicho antiguamente, sobre Platón y Aristóteles. Son raros e infrecuentes los helenistas LEER MÁS
Tabucchi y la responsabilidad
De haber conocido Antonio Tabucchi la historia de Domingo Malagón estoy convencido de que le habría inspirado un libro hermoso y cruel sobre el destino del hombre y sobre la responsabilidad. Algo parecido a Sostiene Pereira pero metido en los hondones de la clandestinidad antifranquista, la guerra fría, el estalinismo y la supervivencia, a partir de un estudiante de la Escuela de Bellas Artes de San Fernando, al que la vida convirtió en el falsificador más eficaz y modesto que conocieron los tiempos.
Espectáculos de la agonía
Tengo el corazón partido entre el viaje caribeño del Papa y nuestro paisaje político. Debo admitir que cuando contemplo a Benedicto no sé cuántos metido en un vehículo que imita los motocarros de mi infancia, los que usaba el Plácido de Berlanga para llevar los regalos de Navidad, pero a buen seguro más sofisticado, me resulta imposible imaginarme qué pensarán de esto los siglos futuros. ¿Se reirán? ¿Lo vincularán a las tradiciones de los faraones? ¿De los emperadores de Bizancio? ¿De un Luis XIV rodeado de varones enfaldados?
Afrancesarse es saludable
Siempre que puedo me acerco a Cotlliure. Está a unos treinta kilómetros de la frontera pero si contáramos en tiempo histórico tengo la impresión de que hay siglos. Con los años me he ido familiarizando con Cotlliure donde no conozco a nadie pero me siento bien; confío que no sea por eso. Un pueblo pequeño donde casi todo está en su sitio; las tiendas venden lo que exponen, los bares te sirven lo que pides y hasta hay restaurantes donde se puede comer dignamente. En otro tiempo se hubiera dicho que está pensado como un oasis para pequeño burgueses, lo LEER MÁS
Mundos extintos. A. Munthe (y 2)
Lo confieso, yo también quería ser médico como Axel Munthe. Los mitos de mi adolescencia estuvieron vinculados a los médicos. Lo de los curas y monjes me dejaba frío; incluso los misioneros me parecían algo exótico y lejano. (Por cierto que Asturias suministró media docena de curas guerrilleros en América, que empezaron su andadura haciendo misiones. Lo cuento porque en general se olvida esta insólita faceta que se gestó en los primeros años sesenta). Lo mío, lo confieso ahora que uno ha perdido los rubores, era ser médico.