La semana

  Con lo que ha llovido, creí estar ya curada de espantos respecto a la corrupción y el choriceo. Pensé que lo había visto todo y que ya no habría mangante que me pudiera impresionar. Pero la vida, ya se sabe, es una pura sorpresa, y esta semana hemos vuelto a romper los récords de lo alucinante. Lo de Javier Guerrero, responsable de Trabajo de la Junta de Andalucía durante nueve años, manejando a su antojo un fondo público de 647 millones para empresas en crisis y gastándose (supuestamente) con su chófer 900.000 euros de dos subvenciones en «cocaína, fiestas LEER MÁS

Amigotes

  Ya se sabe que el término nepotismo, que viene de nepote, sobrino en italiano, se acuñó con el papa Borgia, un valenciano muy aficionado a repartir sinecuras y cardenalatos entre su parentela. O sea que es un vicio político muy ligado a la tradición española. Todo esto ya lo he escrito varias veces en mis artículos, lo cual, además de evidenciar que me repito, demuestra algo peor: que el nepotismo sigue imperando en nuestras costumbres y que hay que volver a hablar de ello. La descarada promoción del amigote es algo tan común entre nosotros que a veces hasta LEER MÁS

Vacas

  Por fin lo hemos conseguido. Por fin hemos logrado que ya no haya diferencia alguna entre las portadas de la prensa seria y las de las revistas del corazón: ahora todos hablamos del caso Urdangarin. Lo cual demuestra el carácter profundamente democrático de la corrupción. Quiero decir que es un vicio de amplio espectro social y muy nivelador de gustos y de clases, porque baja a las cabañas y sube a los palacios como Don Juan Tenorio.

‘Superglue’

  Ya se sabe que el Hombre siempre tropieza con la misma piedra. La Mujer también. Pensé en esta perla de la sabiduría popular hace dos días, cuando cometí mi enésimo estropicio causado por los pegamentos instantáneos. Soy un caso desesperado con los superglues: cada vez que los utilizo, sucede una catástrofe. Intentando componer una cajita rota, pegué sin querer la madera al asiento de un sofá nuevo de cuero, y al arrancarla rasgué la piel. Hace dos días quise arreglar un jarro de cristal y la base rota se soldó para siempre jamás con la bonita encimera de mi LEER MÁS

Madurar

En mitad de la crisis y en la resaca de las elecciones, me acomete la quizá pueril esperanza de intentar utilizar las circunstancias para madurar democráticamente. Creo que el hundimiento del PSOE y el fortalecimiento de los partidos pequeños muestran la repulsa del electorado a la manera de hacer política hasta ahora. Al amiguismo, al abuso de poder, a una gestión pública que ignora el bien común y tiene como prioridad el beneficio de la propia tribu. Y aunque lo ha pagado el PSOE, que para eso estaba en el Gobierno, el PP haría bien en escuchar el mensaje, porque LEER MÁS

Buenas noticias

  Ya se sabe que un pesimista es aquel que piensa que estamos en el peor de los momentos. Mientras que el optimista considera que las cosas todavía pueden empeorar. Hoy me he levantado optimista y, pese a la que está cayendo, creo que tenemos varias buenas noticias que celebrar. La primera, que el 11-11-11 no se ha acabado el mundo. Algo es algo. La segunda, el fin de ese peligroso payaso que es Berlusconi. Y la tercera, que los vecinos del Zaidín, un distrito popular y modesto de Granada, llevan tres meses de movilización contra el cierre de la LEER MÁS

El callo

  La exdirectora de la Caja de Ahorros del Mediterráneo ha sido denunciada por estafa. Ajá. Un excargo de la SGAE, detenido por gastar 40.000 euros de la sociedad para pagar prostitutas de lujo en solo siete meses. Vaya. El sheriff Ginés Jiménez, el turbio exjefe de policía de Coslada implicado en una supuesta trama delictiva policial, suma una nueva petición fiscal de cuatro años de cárcel. Glup. El penúltimo escándalo de corrupción marcha viento en popa, esta vez en Galicia, y ya han dimitido el pepero Pablo Cobián y Fernando Blanco, del BNG. Cáspita. Con imprudencia boba e indigna LEER MÁS

Olvidos

  La memoria humana es perezosa y además anda sobrecargada. Atiborrados de datos como estamos, nos dejamos llevar por el remolino informativo como el corcho se abandona a la corriente. Y así, lo que hoy nos parece importantísimo, mañana se nos borrará de la sesera. ¿Qué ha sido de la famosa gripe H1N1, por ejemplo?¿Y por qué no se habla ya de aquel feroz régimen birmano que apaleaba monjes budistas?

El fracaso

  Hace un par de años publiqué un artículo como este sobre el hambre en el mundo y un lector me dijo que había sido el menos valorado en Internet de todos mis textos. Yo no miro habitualmente las puntuaciones de la Red (no porque me den igual, sino porque me afectan) y no sé si el lector tenía razón al decir que era un récord, pero lo cierto es que aquel artículo había sido poco votado y probablemente poco leído. Creo que con solo asomarse al tema de la hambruna la gente emigraba rápidamente.

En Marte

Los articulistas llevan dos semanas escribiendo sobre los profesores: pocas veces he visto tanta redundancia. Mis disculpas al lector que ya esté harto, pero es que resulta muy difícil de entender que los políticos se llenen la boca hablando de la educación y luego la torpedeen: por ejemplo, los recortes quitarán profesores de apoyo para niños inmigrantes y marginados (y la brecha con la educación privada será cada día mayor).

Afligido

En 2009 se prohibió lanzar pinchos al Toro de Coria, que antes acababa convertido en un alfiletero, y yo alabé ese paso hacia la compasión y la cordura en un artículo como este. Hace un mes, sin embargo, confundida por unas fotos antiguas, creí que habían vuelto a usar los soplillos y critiqué la fiesta en el EPS. Me equivoqué. Por fortuna siguen sin acribillar al astado, y esto, que algunos animalistas pueden considerar un avance pequeño, a mí me parece un gesto importante. El martes que viene, en cambio, un pobre toro será acuchillado con sádica lentitud hasta su LEER MÁS

El agujero

Anteayer, en la interesante sección de Psicología de El País Semanal, salió un artículo sobre el duelo de Xavier Guix, El dolor de las despedidas. Y estaba muy bien, pero de algún modo me pareció que no se acercaba al agujero. Como si el autor no hubiera vivido todavía una pérdida de suficiente importancia. Ya la vivirá. Por desgracia, casi todos los humanos tenemos que pasar, antes o después, por algo así. Es curioso: la muerte de alguien querido se percibe como algo excepcional, cuando en realidad es lo más normal del mundo. Es tan común, en fin, que por LEER MÁS

Malos y violentos

  Aburre escuchar lo malos que son los del 15-M: ah, mira lo violentos que se están volviendo, dicen los biempensantes con regodeo. Y luego añaden la cantinela habitual: «Los indignados no tienen propuestas, no saben lo que quieren». Faltaría más que un movimiento espontáneo, juvenil y de amplísimo espectro tuviera de repente las soluciones que no supieron encontrar los profesionales.

Enfrente

Entiendo que la inmigración tenga que limitarse. Es algo que va en contra de un derecho básico, el de la libre circulación; pero la realidad es obtusa y difícil de tratar, y si permitiéramos entrar en España a todos los inmigrantes que lo desearan, acabaríamos teniendo graves problemas de convivencia. Ahora bien, reglamentar no es humillar. La semana pasada, una amiga española quiso hacer una carta de invitación para las hijas de un colega mexicano, dos estudiantes que vienen de vacaciones, y acudió a la comisaría de Ciudad Lineal (Madrid). Había tres policías en la puerta y uno le preguntó LEER MÁS

Reinvención

La estupidez suele generar más estupidez, lo mismo que la violencia genera más violencia. Espoleados por la bárbara torpeza represiva de Barcelona, los del 15-M están cometiendo a su vez la torpeza de eternizarse en los campamentos. Electrizar a la sociedad, como ellos hicieron, y generar tanta esperanza y tanto apoyo, supone un capital social inmenso que deberían administrar con imaginación y mucho tiento. Quedarse plantados en Sol como cipreses solo puede traer hastío y decadencia. El paso del tiempo es abrasador y va corroyendo el ánimo de la gente; muchos se irán (o ya se han ido) y al LEER MÁS

ERE

Las generaciones, dicen los expertos, duran 15 años. Y más o menos cada 15 años vienen produciéndose en nuestro país movilizaciones populares. Como la de 1994, con los campamentos del 0,7% del PIB para los países pobres. Los brotes anteriores se desdibujan un poco por las anomalías de la dictadura y sus secuelas, pero, aun así, podríamos citar el entusiasmo para el cambio socialista de 1982, así como nuestro 68, que sucedió en 1969, con las algaradas antifranquistas y el estado de excepción. Cíclicamente reverdece la esperanza y gracias a esos aldabonazos morales nos mantenemos vivos.

Desesperación

  Hace falta estar muy desesperado para comenzar una huelga de hambre. Cuando has recurrido a la ley sin lograr nada, cuando ya no sabes qué más hacer y lo que está en juego es esencial para ti, entonces, acorralado y sin duda un poco desquiciado por la angustia de tu impotencia, decides apostar lo único que te queda, esto es, tu propia vida, en el cándido convencimiento de que el mundo no podrá desoír ese grito hecho de carne y sufrimiento.

Gris

En estos tiempos resbaladizos, una de las pocas cosas que podemos decir sin miedo a equivocarnos es que la vida es un maldito lío. Una lectora me escribe contando que se sintió fatal porque, en medio del júbilo general, ella no se alegró de la muerte de Bin Laden. La entiendo muy bien e incluso creo que mi desasosiego es aún peor, porque yo sí me alegré de la muerte de Laden, y al mismo tiempo me parece un sentimiento primitivo y bárbaro que no puede conducir a nada bueno. En fin, ojalá lo hubieran detenido y lo hubieran llevado LEER MÁS

Montañas

Gema M. G. tiene 38 años y lleva nueve padeciendo la enfermedad de Parkinson, una cruel dolencia neurodegenerativa que además le cayó encima demasiado temprano. ¿Por qué yo? ¿Por qué a mí? Estas son las preguntas que obsesionaron a Gema durante varios años, las preguntas enloquecedoras e inevitables de quien, de repente, es aplastado por una desgracia irreparable, por una de esas desgracias/alud que se te vienen encima y acaban para siempre con tu vida anterior. Pero que tu realidad tal y como antes la conocías haya sido destruida no quiere decir que la vida se acabe: los humanos somos LEER MÁS

Políticos

Debo confesar que me da cierto sonrojo criticar a los políticos porque es tan fácil como pegar a un niño. Es un lugar común, un tema aburridísimo por lo evidente. Que nuestra clase política está en uno de los momentos más zafios de la historia democrática es una obviedad. Ahí andan, por ejemplo, haciendo estentóreas proclamas de limpieza y presentando en sus listas electorales a un centenar de candidatos implicados en juicios por corruptelas: el 50% son del PP, el 35% del PSOE y el resto de CiU, CC e IU, o sea, muy repartido. Por no hablar de los LEER MÁS